Sesgos cognitivos: así funcionan los atajos mentales para tomar decisiones

Cuando nos sentimos cansados, estamos a mil cosas o nos enfrentamos a situaciones desconocidas que nos generan incertidumbre nuestra mente busca atajos para resolver problemas complejos

Juan José Rodrigo

Desde que nos levantamos por la mañana hasta que volvemos a la cama para descansar tomamos miles de decisiones , grandes y pequeñas. ¿Alguna vez te has preguntado cómo somos capaces de tomar decisiones continuamente sin que esto altere demasiado a nuestro rendimiento? Este fue un planteamiento que se hizo Daniel Kahneman , psicólogo y Premio Nobel de Economía en el año 2002 gracias a sus estudios sobre la toma de decisiones y su aplicación a la ciencia económica.

Los estudios de Kahneman y Tversky identificaron dos sistemas de pensamiento que nos permiten hacer frente a las demandas diarias y tomar decisiones sin llegar a colapsarnos:

El Sistema 1 es un sistema rápido, intuitivo, que requiere de un mínimo esfuerzo y control voluntario. Este sistema incluye destrezas innatas que nos ayudan a percibir el entorno y evitar las amenazas, orientando nuestra atención y haciendo asociaciones entre ideas; como por ejemplo, asociar la luz roja del semáforo a detener la marcha.

El Sistema 2 está asociado a la elección y la concentración , es un sistema mucho más lento y consciente que el anterior. Este sistema nos permite realizar un cálculo mental complejo, planificar una ruta o acordarnos del nombre de una persona que en un determinado momento no recordamos.

Gracias a la interacción de ambos sistemas podemos tomar decisiones rápidamente, ahorrando recursos atencionales y conscientes para tomar decisiones que implican mayor racionalidad.

¿Por qué elegimos atajos mentales?

Parece que estos sistemas siempre funcionan de forma correcta como una máquina bien engrasada pero, ¿qué ocurre cuando nos sentimos cansados, estamos a mil cosas o nos enfrentamos a situaciones desconocidas que nos generan incertidumbre? Es en estos momentos cuando nuestra mente recurre a una serie de reglas generales y poco definidas que funcionan como «atajos mentales» para resolver problemas complejos. Por ejemplo, «más vale que sobre a que falte» o «mejor hacer lo que hace la mayoría».

En el campo de la Psicología Cognitiva estos atajos mentales son llamados sesgos cognitivos . ¿Por qué se producen estos sesgos? Nuestro cerebro ha evolucionado para que podamos sobrevivir, no para usar la razón constantemente. Por ello, ante un mundo tan cambiante y con tantos estímulos como el actual, en ocasiones puede resultar más útil actuar rápidamente, incluso sin tener la certeza absoluta sobre algo, que no actuar en absoluto hasta que estamos convencidos de tomar una decisión razonable.

Los sesgos cognitivos son desarrollados por todas las personas y se producen debido a diferentes factores socioculturales, morales y emocionales, aunque también influyen otros aspectos relacionados con la memoria y el procesamiento de la información .

La presencia de estos sesgos nos puede llevar a cometer errores que nos hacen percibir la realidad de forma distorsionada , a través de juicios inexactos y conclusiones ilógicas. De alguna manera, los sesgos cognitivos pueden influir en la forma que vemos el mundo. Por ello, ser conscientes de que estos atajos mentales existen y saber cómo funcionan puede ayudarnos a identificarlos, facilitando la toma de decisiones más neutrales y razonables.

A lo largo de las próximas semanas el equipo de psicólogos del equipo de En Equilibrio Mental explicarán cada domingo de este verano en ABC Bienestar cuáles son los sesgos cognitivos más frecuentes, cómo gestionarlos y a qué responde nuestro comportamiento cuando los vivimos.

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