Cuidados

Cómo evitar quitarnos una costra y cómo cuidarla

Según el tipo de costra tengamos tras hacernos una herida es bueno retirarla o dejar que caiga de manera natural

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M. Alcaraz

Aunque cuando pensamos en una costra lo que nos viene a la mente es aquellas que teníamos siempre cuando éramos pequeños, es cierto que, aunque sean menos comunes, también cuando somos adultos nos hemos tenido que enfrentar alguna vez a estas lesiones. Y es que, aunque no seamos muy patosos, a veces es inevitable darnos algún golpe sin querer, o tener una rozadura que va seguida de una costra.

Una vez aparece una costra, a veces es complicado evitar la tentación de retirarla. Pero si lo hacemos lo más normal sea que estemos propiciando la aparición de una cicatriz o marca en nuestra piel. Antes de saber las consecuencias que puede tener retirar una costra antes de tiempo, es importante entender que nos podemos encontrar ante dos tipos distintos de lesión cutánea.

¿Qué tipos de costras hay?

Explica el doctor Raúl de Lucas Laguna, especialista en dermatología infantil en «hbn39 Especialidades Médicas» y miembro de Top Doctor, que un tipo de costra son las hemáticas : las que aparecen cuando nos damos un golpe. Esta es producida por los restos sanguíneos de una hemorragia producida por el golpe. «En el caso de estas costras, lo mejor es no retirarlas de manera traumática, pues podemos dejar una erosión en la zona y crear una lesión tipo cicatriz», especifica el doctor. Por otro lado, están las costras producidas por exudado , sobre todo comunes como efecto de procesos infecciosos. «En este segundo caso es importante su retirada, ya que por debajo pueden proliferar distintos microorganismos», apunta el profesional.

En el caso de que la costra que tengamos haya sido resultado de un pequeño traumatismo, recomienda el doctor de Lucas Laguna que, en primer lugar, tratemos la herida con un producto antibiótico o antiséptico para evitar la infección, así como con un producto humectante para que esta costra «se quede un poco más blanda» y de esta manera evitemos su retirada. «Si la quitamos, la herida puede volver a sangrar, salir de nuevo una costra... y la sucesión de estos dos procesos puede terminar en cicatriz», apunta el doctor De Lucas.

Cómo cuidar una piel con costras

Aunque no son las más frecuentes, también podemos tener que «enfrentarnos a ellas» cuando por ejemplo, tenemos un pequeño grano en el rostro y este empieza a curarse. En estos casos, el doctor recomienda no retirar la costra , y utilizar «un producto tópico para que vaya desapareciendo». Aun así, explica que si decidimos retirarla porque la zona es muy antiestética, debemos hacerlo siempre con todos los procesos de asepsia y lavado posibles, y después aplicar un tratamiento tópico para evitar la sobreinfección.

Por último, el doctor habla sobre los cuidados específicos que debemos tener para evitar que se quede una marca en la piel si tenemos una costra. El primer lugar, para evitar su retirada involuntaria , lo que recomienda el doctor es poner un apósito encima de la costra, para así evitar los roces.

Además, una vez que se caiga de manera natural, la recomendación es aplicar hidratación y fotoprotección (si la costra está situada en una zona de la piel que puede estar expuesta a la luz solar), pues así evitaremos que se produzca una pigmentación mayor en esa zona debido al efecto de la exposición solar.

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