El Villarreal coge el liderato ante el Atlético

Reposa el partido contra el Atlético, que atosigó incisivo pero sin profundizar en el segundo tiempo, durmiendo líder de Primera. El Villarreal, por la mínima y con un gol de Leo Baptistao, un exrojiblanco que decidió no celebrar su diana, combinó un excelente juego combinativo en el primer acto con oficio, capacidad para defender y de sufrimiento para cerrar la victoria. La quinta consecutiva. Meridiano el conjunto de Marcelino en su fútbol ante un cuadro madrileño que apareció en la reanudación con ganas, pero sin argumentos suficientes para desarbolar a un gran rival.

Administró el Villarreal al gusto prácticamente todo el primer tiempo. El Atlético procuró ejercer buena presión en la línea defensiva rival para evitar la salida del balón, pero a base de mover el balón y de paciencia los castellonenses gobernaron el balón y el juego.

Serenos y certeros en las combinaciones y voraces en la recuperación. Se agobió el equipo de Simeone y camino del cuarto de hora armó una buena triangulación el Villarreal que acabó con una asociación entre Soldado y Leo Baptistao, quien resolvió por el palo de derecho de Oblak. El portero repelió al poco un chut cruzado de Soldado y luego vio como un remate de cabeza de Samu Castillejo se iba fuera rozando su palo.

Sencillamente el Villarreal fue mejor. Bien organizado. Cociendo cada acción. Explotando las bandas. Una espiral mareante para los rojiblancos que vieron más minutos a Jackson en su sector del campo, a Óliver Torres perdido por el costado derecho -sólo tuvo incidencia cuando se metió hacia el centro- y con Griezmann peleón, pero sin fineza. Bruno y Trigueros se encargaron de dominar la zona ancha, mientras Simeone veía decolorado a su equipo. Con todo, en los restos del primer acto, ya con un Villarreal con menos fuelle, pudo empatar. Balonazo a la carrera de Griezmann. Víctor Ruiz se tragó el balón aéreo, le quedó limpio para el francés, pero le ganó el cara a cara su compatriota Areola. Sobrio entre los palos castellonenses.

Debió rugir Simeone en el vestuario. Cuanto menos cambió la actitud de su equipo. Más incisivo. Más intenso. Más ambicioso. Arreando hacia adelante. El técnico también ajustó el equipo con la entrada de Torres y Vietto, sentando a Jackson y Gabi. Más velocidad y opciones de buscar los espacios a la espalda de la retaguardia local. Logró el Atlético romper la comodidad de los de Marcelino del primer tiempo, que en los momentos de agobio buscó templar el balón. A la contra, Nahuel dispuso de una ocasión de oro, encarando a Oblak, pero el argentino se hizo un lío solo. Progresó el partido hacia la alternancia.

Superada una fase de apuro para los de Marcelino, estos se rearmaron bien desde atrás. Minimizaron espacios. El Atlético intentó ensanchar el campo, profundizar, encontrar la grieta que le llevase hacia Areola. Complicadísimo lograrlo. No fue por constancia. Se asociaron Griezmann y Correa en los últimos minutos y un disparo interior del argentino hizo volar a Areola para lucirse al tiempo que salvaba a su equipo del empate. Ganó el Villarreal para ser líder.