El Villarreal acaba con la mística del Calderón

En un partido extraño, que se jugó también en la grada (con una de las peores entradas del curso), el Villarreal demostró que es un rival muy peligroso en esa Liga que dice jugar el Atlético por los puestos de Champions. El frío en el Manzanares, donde el invierno llega antes que en otros sitios, y el pique de la afición, con el fondo sur mudo y el resto del respetable tratando de compensar ese silencio, condicionó en parte la representación del césped. El Atlético es un equipo que tiene en la comunión con su hinchada un arma esencial, sobre todo en el fortín del Calderón, donde llevaba invicto casi una treintena de partidos. [Así narramos el Atlético de Madrid-Villarreal]

Simeone apostó por su núcleo duro, incluyendo Miranda, que regresaba después de seis partidos en el dique seco por una lesión muscular, y dejó a Griezmann en el banquillo. La exigencia de la temporada le obligará en un futuro a hacer más cambios, pero por ahora confía en estos jugadores. Arrancaron bien los rojiblancos, conscientes de que había trabajo por hacer frente a uno de los equipos más atractivos de la Liga. Los Trigueros, Bruno, Cheryshev y Vietto saben lo que se hacen, no rifan un balón y son capaces de llevar el control del juego en muchas fases del partido. Vietto en especial resultó un incordio para la defensa madrileña, y acabó por arrimar el ascua a su sardina. [Mejores imágenes del Atlético-Villarreal]

El Atlético bloqueó la salida de balón de los amarillos, atosigándolos hasta la frontera de su área. Koke tuvo la primera oportunidad con un tiro lejano que se escapó cerca del poste. El peligro rojiblanco en la primera parte llegó sobre todo por las bandas, aunque Juanfran, bien vigilado, llegaba a línea de fondo al límite y sus centros salían mordidos. Solo en el minuto 37 un servicio suyo encontró un compañero, Tiago, que remató de primeras y exigió de Asenjo una gran estirada.

Poco antes del descanso el juego bajó al barro con un cambio de pareceres entre Dos Santos y Mandzukic, que acabó con tarjeta para ambos. En la siguiente jugada, una pérdida de balón del Atlético cerca del área rival propició la mejor ocasión para el Villarreal en este periodo. Trigueros envió un extraordinario pase para la carrera por banda izquierda de Cheryshev, que fue perseguido por dos defensores rojiblancos mientras, por el centro, avanzaba completamente solo Vietto. Cheryshev no levantó la cabeza y apostó por acabar él mismo la aventura con un disparo raso que detuvo bien Moyá, mientras Vietto se desesperaba sin vigilancia en el punto de penalti.

Fue el primer aviso serio de las intenciones del Villarreal, que volvió del vestuario con intención de hacer daño. A los cinco minutos, Vietto asustó con un trallazo que se marchó fuera por poco; esta vez, el que no miró a su entorno fue el delantero argentino, que tenía a Uche en mejor posición.

Gol anulado a Mandzukic

El Atlético pasó un mal rato hasta que una jugada a balón parado volteó la situación. Sacó Gabi y el balón llegó a Mandzukic, que remató a bocajarro y encontró la réplica de Asenjo. Enseguida, Arda destapó el tarro de las esencias: doble recorte del turco dentro del área y centro al segundo palo, donde Mandzukic remató a gol. El asistente avisó al árbitro de que había visto empujón del croata al defensa y el tanto fue anulado, provocando la ira del graderío, que ya estaba poco conforme con la actuación de Pérez Montero. No hubo falta del delantero en su salto.

Movieron los técnicos sus banquillos en la última media hora: Simeone tiró de Griezmann, un claro agitador, y Cerci, una incógnita; Marcelino optó por Pina y Moi Gómez, pero fue nuevamente Vietto el que pudo enviar al Atlético a la lona: se adelantó demasiado el balón cuando enfilaba hacia la portería y Moyá salió a sus pies desbaratando el peligro. Se marchó un extenuado Arda (excelente el turco como en los últimos compromisos) y entró Mario Suárez para tratar de equilibrar el centro del campo.

Una buena dejada de Cerci fue desperdiciada por Tiago, que prefirió colocar en lugar de romper y se le fue fuera el balón. Eligió la primera opción Cheryshev en un contragolpe y su disparo lo envió con apuros a córner. Fue el preludio del gol castellonense. Pase espectacular de Moi a Vietto, que sentó a Godín en la frontal del área y, ya sin oposición, superó a Moyá, dejando claro que el Villarreal venía muy en serio al Calderón.