Un ejemplo de factura de luz de 30 euros en una casa de 100 metros cuadrados

Una comunidad energética consigue reducir a la mitad el precio de la energía en uno de los países con el kWh más caro de Europa

Mujer frente a chimenea. EFE

José A. González

«Mi casa tiene unos 100 metros cuadrados y pago unos 30 euros de luz al mes», asegura Bernadette Vandercammen mientras enseña una foto de su chalet de tres plantas en su teléfono móvil. La factura energética de esta jubilada belga afincada en Eeklo es la mitad de la de sus compatriotas, donde los precios por kilovatio hora son los más altos de toda la Unión Europa.

Según la oficina de estadística comunitaria (Eurostat), los consumidores belgas pagan 0,3377 euros por kWh, sólo superados por los daneses (0,4559 euros por kWh), y por encima del precio en España 0,31€ por kWh. Con estas cifras y bajo cálculos de la OCU, la factura media de la luz para una familia española alcanzó los 85 euros de media en octubre, por debajo de los 110 euros que se pagaron en septiembre. Un montante que es tres veces superior al de Vandercammen, ¿cuál es la razón?

La respuesta es Ecopower, «la mayor cooperativa energética de toda Europa», señalan sus responsables. En su registro cuentan con 65.000 miembros que han adquirido una acción de la compañía, pueden comprar como máximo 20, por un precio de 250 euros. «Nos nos importa el dividendo, lo que queremos es energía barata y que sea nuestra», explica Jan de Pauw, ingeniero en Ecopower.

Pioneros en Bélgica

Ecopower no se entiende sin Eeklo y Eeklo no se entiende sin Ecopower (al menos su éxito energético. Con tan sólo 21.000 habitantes, esta pequeña localidad de Flandes decidió mirar al cielo antes que nadie en Bruselas y aprovecharse «de lo que es suyo». «La energía siempre ha sido un producto local hasta la revolución industrial, ahora es una materia prima global. Nosotros hemos construido otra historia», explica Bob D’Haeeleer, ex teniente de alcalde de la ciudad.

La hoja de ruta de Eeklo se asienta sobre un modelo comunitario entre el ayuntamiento y los ciudadanos, «es su producto y los ciudadanos participan activamente en todas las decisiones», responde de Pauw.

Pero hasta que saltó la chispa entre ambos, Ecopower comenzó su andadura en 1991. La cooperativa, fundada por Dirk Vansintjan, Relinde Baeten y Johan Hamels, ya había dado sus primeros pasos con la restauración de un molino en Rotselaar a mediados de los años 80. Más tarde participó en la licitación de un aerogenerador en el puerto de Zeebrugge que no ganaron.

Así, el ‘viento’ les llevó a Eeklo donde la corporación municipal quiso sacar provecho de las corrientes de esta ciudad norteña. «Teníamos 50 miembros solo y éramos voluntarios», recuerda de Pauw. Un punto a favor que les dio la llave: «La junta se dio cuenta que sería un proyecto grande y visible. Eso lo tradujeron en muchos puntos para la participación ciudadana en la licitación», detalla.

Turbina eólica en Eeklo, Bélgica. José A. González

Primera victoria que luego se tradujo en otras tantas más. «En 2012 había ocho turbinas y cinco eran de la cooperativa», relata el trabajador y accionista de Ecopower. Energía verde y «100% cooperativo», modelo mixto «para tener energía barata», comenta de Pauw.

Con esta receta consiguen, según su política de precios, que el kilovatio hora que pagan sus miembros esté entre los 0,24 euros y 0,30 euros, dependiendo de la zona. «No hacemos ninguna diferencia entre las tarifas diurnas y nocturnas. Usted paga un precio total por cada kilovatio hora que compra, que es la forma en que fomentamos el ahorro de energía », advierte la compañía en su página web. Así, un hogar que utiliza 2.000 kWh al año ahora se enfrenta a una factura de unos 570 euros al año en Ecopower, la mitad del proveedor comercial más barato, según la calculadora del regulador flamenco.

Boom renovable

Sin embargo, el sueño renovable comunitario de Eeklo y de Ecopower se ha ido frenando con el paso de los años. Los 30 kilómetros cuadrados de esta pequeña localidad flamenca cada vez son más escasos para la lucha por la instalación de aerogeneradores. En la actualidad, Eeklo cuenta con 22 turbinas eólicas y sólo tres son de la cooperativa.

En 2008, el gobierno de Flandes abrió la posibilidad de instalar esta tecnología en los campos de la región y «las grandes compañías firmaron contratos con los agricultores y ganaderos », señalan los responsables de Ecopower. «Cada vez es más complicado encontrar terrenos para que las cooperativas energéticas puedan expandirse», detallan.

Paneles solares en Eeklo, Bélgica. José A. González

La liberalización del terreno ha hecho que «no podamos dar energía a los nuevos cooperativistas», apostillan. A pesar de ello, los planes de este romance para ser cero emisiones y tener energía renovable asequible no han quedado totalmente parados. En 2007 y 2008, la cooperativa instaló 300 pequeños paneles solares para impulsar la energía procedente del sol para alimentar la localidad y los hogares belgas.

No es el único movimiento de las cooperativas de energía de Bélgica que ahora se han unido para participar en una licitación en alta mar el próximo año, «lo que sería el primer caso de este tipo en Europa», destaca de Pauw.

Además, entre sus planes para 2023 está poner en marcha el proyecto Power Up para luchar contra la pobreza energética. Un programa subvencionado con fondos europeos y que se llevará a cabo en varias ciudades europeas entre las que se encuentran Eeklo y también Valencia.

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