ANDALUCÍA

El Plan de la Junta para mejorar los cuidados paliativos en Andalucía, sin resultados un año después

En medio del debate sobre la eutanasia, la Consejería de Salud ultima un plan para mejorar la atención de los pacientes andaluces próximos a morir

Director de Cuidados Paliativos de la Junta: «El 70% del gasto médico de una persona se da en su último año de vida»

Una mujer sostiene la mano de una anciana ingresada en un hospital ABC

M. Moguer

Cuando PSOE y Unidas Podemos intentan legalizar el suicidio asistido y la eutanasia , desde Andalucía el compromiso de la Consejería de Salud es el de apostar por los cuidados paliativos como alternativa a la atención de la última fase de la vida. Así lo expresó ya el año pasado el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, quien en abril de 2019 aseguró que «la eutanasia es un fracaso» de la asistencia sanitaria paliativa.

Por eso, desde la Junta se anunció que se iba a poner en marcha un Plan sobre Cuidados Paliativos para acallar el debate de la eutanasia. Sin embargo, casi un año después de aquel anuncio de Aguirre, los sanitarios que trabajan en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ven que hay pocas pruebas del avance en el compromiso del consejero.

«El nuevo Gobierno en la Junta dijo que quería que los cuidados paliativos fueran una prioridad , pero no se ven novedades», señala Fernando Gamboa, médico y presidente de la Sociedad Andaluza de Cuidados Paliativos. «No hay cambios ni de estructura ni medios ni medidas», se queja. Y, aunque reconoce que el equipo de Aguirre mostró «una sensibilidad» para esta área de la Medicina, «esa sensibilidad la mostraron antes otros Gobiernos y partidos».

Los primeros cambios

Desde Salud explican que el plan está listo, aunque reconocen que «se están revisando algunos puntos concretos» . La Consejería no facilitó el documento a ABC, pese a la solicitud del mismo. En todo caso, indican en Salud, los cambios en cuidados paliativos deberían empezar a notarse en la segunda mitad de este año.

El plan andaluz tiene como objetivo «mejorar la estructura organizativa de los equipos de soporte actuales para mejorar la accesibilidad de los pacientes y la calidad de la atención a los mismos;mejorar de la accesibilidad de los pacientes en el entorno rural más distante; aumentar los recursos de los equipos de soporte avanzado;y ampliar la cobertura de los equipos de atención psico emocional», indican desde la Consejería de Salud.

Elegir cómo quiere morir una persona, explican los expertos, va más allá de lo médico, aunque los galenos tengan mucho que decir sobre el asunto. Y pedir la muerte como solución al sufrimiento, razona el doctor Gamboa, «se puede comprender en el aspecto humano», pero siempre hay que dar alternativas. «El deseo de morir no se mantiene en el tiempo —señala—, y en los países donde está legalizado el suicidio asistido muchos de los pacientes a los que se dan las medicinas para llevarlo a cabo al final no las consumen».

Muchas veces, explica Gamboa, la gente no quiere morir. Solo dejar de sufrir. Tener atención . En ese caso la atención de paliativo es fundamental. Para esto Andalucía cuenta con 69 equipos de cuidados paliativos y 14 unidades de hospitalización, explican en Salud. Escaso, reconocen, para los más de ocho millones de habitantes que hay en la comunidad. A estos recursos se unen los de tipo privado que tienen concierto con la Junta.

«Sistema asimétrico»

Sin embargo, subraya Fernando Gamboa —y suscribe en un informe de 2018 la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz—, el acceso a este servicio que dignifica la muerte es «asimétrico». Está muy bien para quienes viven cerca de un hospital de primera magnitud. Mal para los pueblos. Y es espacialmente escaso en el medio rural. «Aunque la Administración sanitaria andaluza ha hecho un esfuerzo considerable» sobre paliativos «el sistema no llega a todos aquellos que lo necesitan», indica el escrito del Defensor del Pueblo.

Destacan desde esta institución que la atención a los menores de edad en su último tramo de vida es también deficiente . Se muestran de acuerdo en la Plataforma de Familias por los Cuidados Paliativos Pediátricos en Andalucía, que subrayan «la necesidad de seguir avanzando en la implantación de unos cuidados paliativos de calidad para todos» frente a la eutanasia. «Creemos —añaden— que con unos cuidados paliativos de calidad la posibilidad de la eutanasia o suicidio asistido se plantearía tan solo en un mínimo de casos».

«La atención al final de la vida es necesaria porque nos vamos a morir todos», reivindica Gamboa. Y es algo que comparten desde la Consejería de Salud, de ahí la puesta en marcha del plan de cuidados paliativos. «El gran tabú actual, ahora que ya se habla del sexo con naturalidad, es la muerte», añade el médico especializado en cuidados de los pacientes próximos a morir, quien cree que «el sufrimiento, la vejez y la muerte son parte de la vida y hay que prepararse».

Eutanasia y colegios profesionales

De la misma opinión son en el Consejo Andaluz de Colegio de Médicos (CACM), quienes en un comunicado mostraron recientemente su rechazo a la eutanasia y el suicidio asistido, que desbaratan el principio máximo al que están consagrados los médicos de «respeto a la vida humana», señalan. «El médico —insisten— no debe nunca provocar ni colaborar en la muerte de ningún paciente».

Aunque sí contemplan la retirada de tratamientos que alarguen la vida artificialmente cuando un paciente está desahuciado, los galenos andaluces se muestran contrarios a la eutanasia y a favor de los cuidados palilativos, servicios que deben ser de acceso «universal y equitativo», señalan.

Con todas estas opiniones sobre la mesa, desde Salud apuestan por un modelo de atención «compartida por los recursos convencionales, médicos y enfermeras de primaria, especialistas hospitalarios, urgencias y recursos avanzados» con el fin de «facilitar la muerte en el domicilio de las personas que tengan esa preferencia» sin que eso sea menoscabo de su atención sanitaria.

En el debate entre eutanasia y cuidados, la comunidad científica, el Defensor del Pueblo y los médicos son claros: no a la muerte provocada . Salud ha escuchado el mensaje. Ahora esos mismos colectivos le piden a la Consejería celeridad en la aplicación de las medidas. La muerte no espera a nadie.

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