CORONAVIRUS ANDALUCÍA

Muere el guardia civil de Antequera que estaba grave con coronavirus

Francisco Martínez Cordero tenía 58 años y casi cuatro décadas de servicio en la Benemérita

Francisco Martínez en una imagen cedida por su familia ABC

J.J. Madueño

Francisco Martínez Cordero ha perdido la guerra contra el coronavirus a los 58 años. El agente de la Guardia Civil de Antequera murió anoche . Llevaba más de dos semanas luchando contra la enfermedad en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital comarcal de su ciudad. «Grave, pero estable», decían los partes médicos remitidos a una familia que se debatía entre la esperanza y la desesperación. Un día le decían que había mejorado, para al siguiente comunicar en esa esperada llamada diaria que había decaído.

Así, luchando por su vida, estuvo hasta este pasado miércoles. Sobre las 21.40 horas sonó el teléfono, al otro lado, uno de los doctores que lo atendió este tiempo comunicó el deceso de este servidor público . Francisco Martínez era un agente veterano de las patrullas de tráfico . Estuvo en las motos, pero últimamente estaba en la patrulla. Seguía activo, incluso haciendo controles.

Tiene casi cuarenta años de servicio  en municipios de Gerona, Ciudad Real, Valencia y luego en las localidades malagueñas de Cuevas Bajas y Antequera, su último destino. Con 16 años entró en la Legión, pero salió a los 18 años para hacerse agente de la Benemérita. Desde entonces vestía el benemérito uniforme con orgullo .

En su puesto de trabajo estuvo hasta que la enfermedad lo apartó, cuando ya los síntomas eran tan graves que no podía continuar con su labor.  No fue al médico porque no había cita , pero llevaba tiempo sintiéndose mal. Había presentado la sintomatología compatible con el coronavirus. Hasta dejó de comer por el malestar general del cuerpo.

No tenía afecciones previas y sus últimas analíticas fueron intachables, pero sucumbió a la pandemia. Y es que Francisco Martínez se encontraba entubado, enganchado a un respirador y luchando por su vida. Sufría una neumonía provocada por el virus que tanta muerte está sembrando en España.

Azares del destino, Francisco Martínez acababa de ser abuelo hace unos días. Su hijo, que se llama del mismo modo del progenitor, comentaba que su hermana había dado a luz y que, tanto la madre como el pequeño, estaban bien en casa, pero que el abuelo seguía luchando en la UCI del hospital de Antequera. Al mismo tiempo, explicaba que su madre, la esposa del agente caído, también estaba infectada , pero que se encontraba en aislamiento domiciliario.

«Era un buen padre, un gran compañero y una buena persona» , lamenta su hijo tras la pérdida. Sentencia sobre su progenitor que se ve avalada por las muestras de cariño recibidas. El pasado fin de semana, sus compañeros se plantaron ante el hospital en el que estaba ingresado para darle apoyo en su pelea. Sonó el himno de España y el de la Guardia Civil para insuflar aliento a un agente que trataba de coger aire. El mismo miércoles por la tarde, volvieron a acudir a seguir dando apoyo en la batalla, sin saber que se iría a las pocas horas. Descanse en Paz.

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