Cae la mayor banda de prostitución de Puerto Banús

La Costa del Sol se ha levantado esta mañana con una importante operación contra la explotación sexual de mujeres en Puerto Banús (Marbella). En el marco de esta actuación se han detenido a 30 personas y se han liberado a 13 víctimas de esta banda búlgara, que las obligaba a ejercer como prostitutas. Según el Ministerio de Interior, los arrestados por pertenecer a esta mafia son 24 búlgaros, cuatro españoles, un albanés y un francés en las localidades de Torremolinos, Marbella y Algeciras. La mafia controlaba el negocio en el enclave andaluz y trataba de apropiarse del control absoluto de la prostitución en la costa malagueña, cuando la acción conjunta de 115 agentes de la Policía Nacional y Policía búlgara, coordinados a través de Europol y Eurojust, han dado al traste con estos propósitos.

Los proxenetas tenían cuatro viviendas en Puerto Banús, donde llevaban a sus clientes, sobre todo turistas que se acercan a la meca del lujo andaluz. Allí cuatro mujeres se encargaban de cobrar por los servicios, mediante Terminales de Puntos de Venta (TPV) asociados a empresas del entramado delictivo. La red empresarial les servía también blanquear los beneficios obtenidos con sus actividades ilícitas, dinero que era devuelto en metálico a los explotadores con la mediación de un ciudadano albanés y de su pareja.

Los investigadores apuntan a que parte de ese dinero se obtuvo aprovechando el grado de intoxicación etílica de los hombres o tras suministrarles alguna sustancia. Una vez anulada la capacidad de decisión de los clientes se «efectuaban cuantiosos cargos fraudulentos con sus tarjetas bancarias en los TPV».

Actos delictivos que revertían cuantiosos beneficios a la trama mafiosa, como se ha podido comprobar en los 27 registros domiciliaros en los que se han intervenido 30 gramos de cocaína, 10 TPV, 62.096 euros, 1.960 libras esterlinas, 152 dólares americanos, así como cantidades menores de otras divisas. También se ha conseguido el bloqueo de numerosas cuentas corrientes y activos financieros, más seis propiedades inmobiliarias, quince coches y tres motocicletas.

La investigación se inició en septiembre de 2012, una vez que los investigadores constataron el aumento de la prostitución callejera en el lujoso puerto deportivo de Puerto Banús, sobre todo concentrada en la segunda calle del enclave portuario, donde el consumo de drogas y prostitución por la noche viene siendo denunciado desde hace años por comerciantes y vecinos de Marbella. Los investigadores que diariamente, al menos dos furgonetas, llegaban a este lugar cargadas con mujeres para ejercer la prostitución durante toda la noche en las calles de Puerto Banús. 

Una vez que contactaban con sus clientes en plena calle o en los diferentes pubs de esta zona, se desplazaban a una serie de viviendas de la zona para consumar el servicio sexual. Al final de la noche volvían a ser recogidas en las inmediaciones de Puerto Banús y trasladadas a Torremolinos, donde según las pesquisas vivían con sus respectivos explotadores, que en ocasiones eran sus propias parejas. Según Interior, formaban un grupo que se conocía perfectamente, reuniéndose en lugares comunes y realizando actividades de ocio variadas, manteniendo un alto nivel de vida, pese a que no le constaba a ninguno un medio de vida legal conocido.