Sucesos

El hombre matado a martillazos en Torremolinos acogió a su asesino para que no viviera en la calle

El supuesto homicida le hacía los recados e incluso le cobraba la pensión, tras varios días conviviendo con el cadáver confesó el crimen

Plaza en la que vivían el presunto homicida y su víctima EFE

J.J. Madueño

En los llamados «Pisos del Cura» de Torremolinos la víctima, un varón español de 77 años, es muy reconocido. Los vecinos le recuerdan como un experto mecánico, sobre todo de motos , que era su gran pasión. Después de jubilado, los conocidos le aparcaban el coche o la moto en la plaza Río Aguas Vivas, donde vivía, y se lo arreglaba. «Era un buen hombre» , dice una de sus vecinas al conocer la identidad del fallecido, que dice que no era conflictivo, ni tenía problemas con nadie.

Esa descripción puede explicar las razones por la que acogió en su casa a su asesino confeso para que, supuestamente, no acabara viviendo en la calle. Era otro varón de 70 años, que se presentó el sábado en la Comisaría de la Policía Nacional a las 17.00 horas para confesar que había matado a su compañero de piso a martillazos .

Tras escuchar el relato, varias patrullas acudieron al tercer piso de uno de esos bloques blancos y marrones sin ascensor. Accedieron y confirmaron que había un cadáver. El homicida, que estaba custodiado, pasó a ser detenido por la muerte de su amigo. Se le investiga un supuesto delito de homicidio . Había dicho a los agentes que tuvieron una discusión, perdió los nervios, agarró el martillo y acabó con su vida de su compañero en aquella pequeña vivienda precintada hasta que acaben las pesquisas de la Científica.

El vecino de la misma planta aseguraba, horas después, que h a escuchado que «también lo amarró» . Este dato no ha sido confirmado por la Policía Nacional. Las investigaciones siguen abiertas para esclarecer las causas de este brutal asesinato. Hasta entonces, la familia y los vecinos recuerdan al «Pavana», como se le conocía por todo el vecindario.

Portal donde está el piso en el que murió el hombre a martillazos J.J.M.

«De niño tuvo polio, por lo que tenía una minusvalía en una de sus piernas. Recientemente también lo habían operado de la cadera y ya casi no salía del piso», explica una vecina, que dice que dormía en el salón porque había reducido mucho su movilidad y allí lo tenía todo cerca para poder vivir con comodidad.

Estaba separado y tenía tres hijas, pero se apoyó en este amigo para hacer su vida cotidiana. Junto a la casa de la cultura de Torremolinos, a 50 metros del lugar del crimen, una mujer se identifica como familiar de una de sus hijas y dice que la víctima había recogido a su asesino cuando fue echado de un piso cercano donde vivía con dos mujeres . «Le dio una habitación para que no viviera en la calle» , explica esta mujer, que dice que el agresor en los últimos meses tenía conductas extrañas que habían llamado la atención del barrio.

Ambos se habían conocido un año antes , según el relato de esta mujer, en el bar que había debajo de la casa del fallecido , donde por la noche se veía el Madrid-Barcelona, entre el trasiego de familiares, autoridades judiciales y comentarios de lo que había ocurrido. Algunos familiares estaban en el bar, a la espera de que la funeraria judicial terminara de rellenar la documentación que requiere el traslado del cuerpo al Instituto Médico Legal de Málaga , donde se le ha realizado este domingo la autopsia.

Le cobraba la pensión

A cambio del alojamiento, y ante la movilidad reducida del fallecido, este amigo se había convertido en su conexión con el exterior . Era el que le hacía los recados o le traía la comida, ya que el malogrado recibía la ración que reparten los servicios sociales para las personas mayores que están solas en la ciudad. «Iba a cobrar también cuando ingresaban la pensión y le traía el dinero», asegura su vecino de planta.

El mismo vecino, añade que hace unos meses ya tuvieron una fuerte discusión en el domicilio y el fallecido lo echó de la casa . «Había ido a cobrar la pensión y había sacado más dinero del que le había pedido», explica este hombre, que lleva toda la vida viviendo junto al anciano malogrado.

Sin embargo, pasado un tiempo habría vuelto a este pequeño piso a vivir. Tras otra discusión, lo mató a martillazos y lo dejó dentro del domicilio. Estuvo conviviendo con el cadáver varios días , casi una semana. Algunos vecinos se percataron de que había mal olor, pero nadie lo echó de menos , sabedores de sus circunstancias y de que este hombre, que lo cuidaba, estaba en la casa.

Tras conocerse lo que había confesado el supuesto homicida a la Policía Nacional no salían de su incredulidad en esta parte de la ciudad, donde los portales están abiertos para el trasiego de un piso a otro y los habitantes seguían comentando en la calle, pasadas las 23.00 horas, la mala suerte de uno de sus conocidos más veteranos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación