Juan Manuel Bonet
Juan Manuel Bonet - ABC
Entrevista

Bonet: «El Instituto Cervantes es una cuestión de estado y está por encima de refriegas políticas»

Preside la Reunión Anual de directores en Málaga

Málaga Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El nuevo presidente de una de las instituciones más prestigiosas en el mundo cultural internacional, Juan Manuel Bonet, tiene muy claro que ha llegado el momento de reivindicar más protagonismo para el Instituto Cervantes. Pasada la crisis entiende que toca abrir nuevas sedes (Zurich, Dakar y Seul), cuando el español, además, gana adeptos en plazas de relevancia como en Estados Unidos. Su currículum al frente de entidades culturales de reconocido prestigio le avalan. En el encuentro anual de directores que estñá teniendo lugar en Málaga ha alzado la voz para pedir más presupuesto para la causa al Gobierno -del que se financian en un 50% ya que en la otra mitad se autogestionan- y ha enarbolado un plan de choque para sacar a esta red de centros de su posición agazapada.

-¿Cuesta convencer a los políticos de que aumentar el presupuesto del Instituto Cervantes es una buena inversión?

-Por supuesto. Yo creo que están convencidos. A veces no hay dinero para todo y no es fácil. Ha sido muy difícil en los tiempos de crisis que se han atravesado y como poco a poco, esos tiempos van quedando atrás, pues hay que pensar en volver a la normalidad. Empezó a decrecer mucho la aportación al comienzo de la década y eso supuso hacer ciertos milagros, que se han hecho. El Cervantes ha sido muy bien gestionado y no se ha cerrado ningún centro salvo el de Damasco por guerra y el de Gibraltar por temas políticos. El mérito es de mis antecesores en este aspecto. No ha habido ningún ERE. Es decir se ha superado esta etapa como se ha podido. Eso repercutió en menos actividades pero superada la crisis queremos que se vea reflejado en el próximo presupuesto. Si no todo, que se atienda una parte de lo que pedimos. Se nos ha abierto la posibilidad de abrir centros como el de Zurich, Dakar o Seul y lo necesitamos.

-Ha incidido en un diálogo más prolífico durante su mandato del Instituto con el resto de las artes. Se puede entender que usted viniendo del mundo del arte contemporáneo quiere asociar más la palabra a los museos, entre otras cosas. ¿Piensa que ha perdido la palabra poder frente a la imagen en nuestro tiempo y necesita ayudarse de ella?

-Yo creo que la palabra está muy presente. Nosotros somos un instituto de la palabra. Llevamos el nombre del más internacional de nuestros escritores y tenemos dos misiones principales; enseñar el idioma y enseñar a enseñarlo. Contar con esa dimensión de nuestra red, de contar con universidades extranjeras, con colegios etcétera. También colaboramos en el ámbito de la enseñanza del español para extranjeros, como sabes con la acreditación Cervantes, que hay muchos aquí en la Costa del Sol que es un destino muy apetecido para aprenderlo. Y luego también difundimos nuestra cultura que es compartida con lo iberoamericano, un continente que nos ha devuelto el idioma que les dimos contagiado por vocablos prehispánicos, por ese espíritu del realismo mágico y de sus creadores. Somos la palabra del español de aquí y de allá. Y luego tenemos que hacer más por relacionarlo con otras artes. Se han hecho muchas cosas en el ámbito de la música, del cine pero hemos decrecido mucho en el ámbito de las artes plásticas y ahí vamos a incidir; con exposiciones de fotografía o de artes contemporáneas.

-¿Han elegido por ello Málaga, una ciudad de museos (Picasso, Pompidou, Ruso etc)?

-Así es. Siempre elegimos ciudades de cultura. Así ha sido en casos como en Santiago de Compostela, en Cáceres o Salamanca. Hemos elegido Málaga porque está en un momento dulce. Lo hemos decidido hacer aquí por el esfuerzo que han hecho varias administraciones para conseguir todo ello. Aquí se ha sumado a nuestro interés por el turismo idiomático, el turismo cultural. Y luego nuestros directores en todos los casos inician proyectos en los lugares donde se realizan estos encuentros. Ya están manteniendo conversaciones con agentes locales. Se convierten en los mejores embajadores de estas ciudades.

-¿Hecha en falta en España más museos, centros de interpretación o de investigación a poetas o escritores, ayer mismo se refirió a la Generación del 27 y su vínculo con esta ciudad?

-No creo aquí existe una Fundación María Zambrano en Vélez Málaga. La Diputación tiene el Centro de la Generación del 27 que yo he intervenido en actuaciones suyas. Tiene por ejemplo la biblioteca de Francisco Giner de los Ríos. Yo le edité a este poeta su primer libro a la vuelta de su exilio y su formidable biblioteca, que yo la conocía de Madrid, la volví a ver en Nerja y finalmente está en el Centro del 27 lo mismo que está la biblioteca de José Luis Cano. Es un centro muy muy de referencia. Su tradición impresora con Litoral, con Prados y Altolaguirre pues ha continuado. Esa imprenta Sur que antes era Dardo pues ha seguido con sus ediciones. Precisamente, una de mis mejores publicaciones está editada aquí en Málaga por Rafael Inglada, en una tipografía de Francisco Cumpián. Esa tradición existe de siempre y no se ha perdido.

-¿No son para el idioma las redes sociales y la publicidad el peor enemigo?

-Es un mundo que no conozco bien. Es de una generación más actual. Pero obviamente no hay reglas, el idioma sufre todo tipo de alteraciones. Hay una tendencia a la abreviación. El español que se habla en los EEUU está saturadísimo de tantas palabras inglesas. Pero creo que es un tema más de la Real Academia de la Lengua combatir contra esto.

-Mencionó en su discurso de apertura de este encuentro que en EEUU se habla más español que en España y se refirió al chovinismo de su nuevo presidente, Donald Trump. ¿Puede ser este presidente un problema para los planes de expansión de su institución en este país?

-No. Lo observamos con inquietud, pero no. Estamos donde solíamos, donde estamos. Hoy mismo el director del Instituto de Nueva York, Ignacio del Bosque, era invitado a hablar en estas jornadas. Hoy se ha resaltado que nosotros somos la casa de aquellos que quieren escuchar a Vargas Llosa, que quieren escuchar música caribeña, ver cine americano, cocina peruana o a los escritores de la península. Lo español está muy presente allí en cuanto a cultura iberoamericana y también de aquí. Somos en todos los lugares la casa de los que quieren disfrutar de nuestro idioma. Somos modestos porque brindamos muchas actividades a esos hermanos del otro lado del Atlántico porque los españoles solo somos el 10% de los hispanohablantes.

-Uno de sus objetivos es aumentar la colaboración con las lenguas cooficiales de España, ¿no podría parecer que ahora quizá hacen falta más sedes del Instituto Cervantes en Cataluña, por ejemplo?

-No, nuestra misión es en el exterior. Aquí tenemos una única sede que está en Madrid y otra en Alcalá de Henares. Luego tenemos centros que tienen nuestro sello de calidad en otras comunidades para enseñar español. Con las lenguas cooficiales tenemos la obligación de darlas a conocer fuera de España en colaboración con el Consejo de Cultura Gallego, el Instituto Etxepare vasco y el Ramón Llul catalán. Me he sentado con ellos y en los tres casos hay proyectos en marcha. En la actualidad no hay a quien se le escape que el momento es complicado pero la conversación que he tenido con el Instituto Ramón Llull ha sido de colegas de instituto. Sabemos la enorme trascendencia de la literatura catalana, de la gallega y de la vasca, un poco en menor medida por su limitado territorio y su lengua más inaccesible. Pero hay una búsqueda y una buena comunicación. Nosotros no vamos a arreglar nada porque es obvio que hay otras cuestiones que se nos escapan. Y por mandato tenemos que atender esta demanda.

-Hay quien piensa que los Institutos Cervantes también han sido usados como una especie de cementerio de elefantes de políticos relacionados con la cultura o agentes culturales que terminaron politizados, ¿cree que esto es así?

-No. Nunca han sido un cementerio de nada. Al frente de los centros hay gente que no encuentro parecido con elefantes, como dices. En nuestros centros no ha habido perfiles de tipo político, evidentemente cada cual tiene sus ideas políticas. El Instituto Cervantes siempre ha estado por encima de la refriega política. Es una institución que goza de consenso, que es una cuestión de estado. Que todos los políticos saben de nuestra importancia, para la pervivencia de la cultura, para la diplomacia cultural española. Yo creo que es una institución que España se dotó de ella en la Transición y sigue siendo muy útil.

Ver los comentarios