La inmensa mayoría de los móviles robados son vendidos en África tras ser activados de nuevo
La inmensa mayoría de los móviles robados son vendidos en África tras ser activados de nuevo - FRANCIS SILVA
Reportaje

¿Sabe dónde acaba su móvil robado?

La mayoría de los terminales sustraídos acaban en África, donde funcionan perfectamente a pesar de que aquí se den de baja

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Cuando a la mujer le entregaron el móvil, comenzó a llorar. Las lágrimas aparecían una detrás de otra mientras con el dedo pasaba fotos de la galería de imágenes. En un momento dado se detuvo y pareció detenerse todo. «Jamás pensé que las recuperaría», confesó con cierta mezcla de alegría y pena, al que siguió un sentido «muchas gracias» con el que se despidió de los agentes mientras apretaba contra sí el terminal. El teléfono había sido robado en el hospital Materno Infantil de Málaga cuando, antes de dar a luz, llevaron a la chica a realizarle una prueba. En su archivo se encontraban las dos únicas fotos que conservaba de su bebé. «Había fallecido a los dos días de nacer».

Los agentes que lograron recuperarlo pertenecen al grupo de Compraventas de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría Provincial de Málaga. Un equipo de trabajo que está obteniendo grandes resultados y que, entre otras funciones, se dedican a recuperar bienes relacionados con los delitos de hurto, robo y receptación.

Muchos de estos objetos realizan miles de kilómetros para ser comercializados de nuevo. Es como si la frontera melillense por Beni Enzar se alzase en Andalucía en vez de la ciudad autónoma. Detrás de este largo viaje, señala el responsable de esta unidad, se encontrarían grupos perfectamente organizados que han construido estructuras para que los móviles robados en la comunidad y el país sean un lucrativo negocio.

Recientemente detuvieron a un individuo de origen armenio que supuestamente lideraba una red de compraventa de terminales robados. Durante Los agentes recuperaron durante la operación 26 «smartphones» y cuatro tabletas de alta gama que supuestamente procedían de hurtos y robos.

Y es que, sorprendentemente, aunque corramos a dar de baja un terminal que nos acaban de robar, «éstos funcionan perfectamente fuera del territorio español». «Se puede decir sin tapujos que somos la “tienda Apple” del norte de África. Absolutamente», sentencia este agente, con muchos años de experiencia en la materia y que constata que móviles y ordenadores sustraídos aquí «son vendidos en Marruecos, en tiendas especializadas en informática, por un coste muy inferior».

A pesar del componente sentimental y de atentado a la intimidad que subyace tras estas acciones delictivas, uno de los grandes inconvenientes a los que se enfrentan los agentes de esta unidad es que, «a veces», se topan con la escasa perspectiva con la que se afronta esta tendencia delictiva en aumento. En la operación recordada, por ejemplo, la autoridad judicial denegó el registro de la casa del principal acusado, donde se sospechaba que había más material sustraído e información necesaria para ir hilvanando nuevas pesquisas. «Es cierto que no nos incautamos un kilo de cocaína, pero mucha gente tiene parte de su vida en el teléfono móvil, en su tablet o un ordenador y es muy importante devolvérsela», explica el mando policial, que destaca la valiosa colaboración de los agentes de la Jefatura de Cruz de Humilladero de la Policía Local.

Una situación a la que se une que se tratan de delitos que no son penados como graves en el Código Penal. El «traficante» de móviles anteriormente referido, que en menos de un año realizó 50 entradas y salidas a Marruecos, quedó en libertad con cargos tras ser puesto a disposición judicial.

Aunque lo que más lamenta este responsable de grupo es la «poca sensibilidad» que parecen mostrar algunos mandos por el trabajo que vienen realizando los componentes de la unidad.

«Compro oro»

Buena parte de las indagaciones de estos investigadores se centran en los negocios de compraventa y en recuperar los objetos sustraídos que allí acaban a cambio de dinero. «Nuestra misión primordial es la vigilancia y control de todas aquellas actividades consideradas  de mayor relevancia para la seguridad ciudadana, el comercio de objetos usados, anticuarios, las chatarrerías, el desguace de vehículos a motor o el negocio de las joyas y los metales preciosos», destaca el responsable policial, que explica que para ello se cotejan las operaciones que a diario hacen estos negocios —y de las que tienen obligación de informar a la Policía— con las denuncias recibidas.

Dentro de su «radar» de acción se sitúan los establecimientos «compro oro», que han proliferado «como las setas» durante la crisis. Al igual que las tiendas que compran objetos de segunda mano, deben avisar a los agentes de cualquier operación. Aunque no todos lo hacen. Los agentes de este grupo, en colaboración con compañeros de otras provincias, arrestaron a 150 personas en toda España por blanqueo de capitales, fraude del IVA, receptación, falsificación documental y pertenencia a banda organizada. Delitos que presuntamente se cometieron en el contexto de esta actividad. La intervención permitió recuperar 1,5 millones de euros, 150 kilos de oro y 50 de plata, así como intervenir dos embarcaciones y 30 automóviles de lujo —siete de ellos blindados—. Lo investigadores, entre otras revelaciones, descubrieron hornos de fundición clandestinos ocultos en pisos y en los que se elaboraban lingotes y láminas de oro y que eran un riesgo para la población.

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