SOCIEDAD

Un «sillón de oro» para Ismael, un niño con cáncer de Jaén

Pídeme la luna cumple el deseo de un niño tratado en la planta de hemo-oncología del hospital infantil de Jaén

Ismael, en su sillón, junto a familiares y voluntarios de Pídeme la luna ABC

Javier López

Cuando no recibe tratamiento en la planta de onco-hematología del hospital infantil de Jaén, Ismael reside en su vivienda de la capital, un tercero sin ascensor en el que, a causa de su enfermedad, permanece tumbado en la cama demasiadas horas. Tantas, que su mayor deseo era disponer de un sillón articulado electrónico que le permitiera conversar con sus familiares en el salón y ver la televisión. Se lo pidió a la asociación Pídeme la luna, el ratoncito Pérez de la sanidad jiennense, que ha regalado al crío una butaca color mostaza. La madre del niño dice que parece de oro .

La asociación Pídeme la luna, integrada por personal sanitario (enfermeras, médicos, auxiliares, estudiantes, farmacéuticos) y padres, se desvive por atender las peticiones de los niños que reciben tratamiento en la planta del hospital. Como Ismael, quien, tras una larga estancia en el hospital, su segunda casa, «donde tanto se le cuida y tanto se le quiere», ha retornado a su vivienda familiar, desde la que, por sus circunstancias, no sale a diario a la calle.

De ahí que pidiera a la fábrica de sueños de la asociación, no un ordenador, como otros niños, sino un sillón para poder pasar más tiempo sentado en casa, a fin de hablar más con la familia, dado que el tiempo pasa lentamente y se torna aburrido cuando está en la cama. « Por eso, ese sillón no podía ser cualquier sillón, sino un sillón cómodo, automático, que se adaptara a sus necesidades », explica el colectivo.

Una vez adquirida la butaca, el siguiente paso fue subirla a la vivienda del niño. De esta tarea se encargó el payaso Bartolo y otros voluntarios. «Ismael no salía de su asombro al ver la sorpresa que Pídeme la luna le había preparado: el sillón más bonito y cómodo». Ismael, familiarizado con la tecnología, controló rápidamente las funciones del mando, que utilizaba como el de un juego, según la asociación, que destaca la felicidad y la alegría que el regalo generó a Ismael.

Nada nuevo, por cierto, ya que esa es la finalidad con la que se constituyó Pídeme la luna: «Nuestro único objetivo es hacer que se cumplan todos los sueños e ilusiones de nuestros niños por difíciles que sean y devolver a sus caras una sonrisa tras sus largos periodos de hospitalización, consiguiendo de esta forma disminuir la ansiedad y aumentar la confianza de niños y familiares».

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