BORRASCAS EN ANDALUCÍA

Las ruinas personales que deja el temporal que ha devastado la costa de Huelva

Playas desaparecidas, casas anegadas, paro pesquero y daños en los campos de fresas, entre los daños producidos

Destrozos en la playa onubense de El Portil ALBERTO DÍAZ

M. ROSA FONT

«Me llaman una y otra vez para ver si el desastre ha pasado… Es como si me estuvieran dando el pésame, casi a diario, desde hace ya más de una semana». Desde el primer rincón de la costa, por donde temporales y ciclones suelen colarse tierra adentro, hasta la última explotación agrícola de Huelva, particulares y empresas viven pendientes de lo que les pueda traer el cielo y el mar desde que el 28F comenzara a caer agua y a soplar viento como cargado de rabia.

Las tempestades, sumadas a fenómenos costeros y a unas mareas de coeficientes que la memoria de los mayores no acierta a recordar (entre 106 y 108 en algunos momentos), han ido a tocar de lleno, sin miramiento alguno, a los sectores que soportan la economía de Huelva. Como si Enma —así se bautizó al primer temporal y después otro con nombre masculino ( Félix )—, se hubieran puesto de acuerdo para cebarse juntos con esta zona de Andalucía, la más castigada junto a Cádiz.

Los destrozos provocados y las pérdidas van a ser cuantiosos. Se habla de decenas de millones que se irán cuantificando en las próximas semanas, por municipios y sectores de actividad. Por lo pronto, el Ayuntamiento de Punta Umbría ya ha dado cifras, con una estimación de daños por el agua y el viento que supera los tres millones de euros , tres veces lo que supuso el temporal del pasado año. Llueve sobre mojado.

Pasarelas de playa y mobiliario urbano arrancados de cuajo, como el faro que en este municipio costero sirve de guía para la salida y entrada del mar a los pesqueros; unas 230 viviendas precintadas en el Portil y La Antilla porque la fuerza y el avance del mar los ha dejado al borde del abismo, llevándose sus muros perimetrales y que servían de protección.

La estimación es similar a la realizada en Cartaya por los técnicos municipales, tres millones, en la que se incluyen tanto los daños en infraestructuras públicas, en la costa y en la zona agrícola, como los sufridos por vecinos de Nuevo Portil , una vez valorados por los peritos y técnicos.

«Aún no sabemos cuando podremos entrar en nuestra casa, ni hasta donde ha afectado el agua», comenta un vecino. «Ahora nos tocará la batalla con los seguros» , añade.

En plena cuenta atrás para el arranque de la temporada fuerte en la provincia con la llegada de los primeros turistas en Semana Santa , el mar se ha comido a bocados zonas de playas y deja imágenes nunca vistas ni grabadas hasta ahora, con el Atlántico abriéndose paso entre las calles de La Antilla , sobrepasando la primera línea de chalets, dejando el esqueleto de los bajos de algunas construcciones e incluso chiringuitos convertidos en islas y mecidos por las olas, como en Matalascañas.

«Ni siquiera acierto a saber cómo sigue en pie mi negocio» , se lamenta el empresario Juan Núñez, uno de los cientos de onubenses que están sufriendo en carne propia las consecuencias del temporal.

Además, en esta playa, en la zona más oriental de la costa onubense, el viento ha desplazado las dunas hacia el interior varios metros , mientras que en otras, como Punta Umbría, se ha tragado partes y ha sembrado una alfombra de estrellas de mar muertas, arrancadas de los fondos marinos.

Aquí, en Huelva, no han volado barcos: han sufrido daños en unos casos y han estado amarrados a puerto, sin excepción. Faenar ha resultado impensable y nadie se ha hecho a la mar . Lo saben bien, además de armadores y pescadores, las lonjas y mercados.

Los primeros cálculos indican que las pérdidas en el sector pueden rondar los tres millones de euros, cifra aproximada que ha dado el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Isla Cristina , Mariano García.

Barcos sin faenar

«Cuando llueve fuerte o graniza, las administraciones dan su apoyo y anuncian ayudas para el campo, pero de los que estamos en la mar nadie se acuerda . Nosotros también tenemos que comer», se lamenta José Miguel Serrón, uno de los armadores de la zona que se han visto afectados, más de un centenar.

¿Y los seguros? Serrón paga alrededor de 1.400 euros anuales de seguro por su barco pero, ante una situación como la que ahora enfrenta, desconoce hasta dónde llegará su poliza. «Es una catástrofe» , se dice.

Precisamente el patrón mayor de los pescadores de Isla elevaba también su queja a la clase política por falta de ayudas para paliar la situación. E incluso lo ha hecho de viva voz cuando e l presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz , visitaron La Antilla seis días después del comienzo del temporal.

En el campo, tras los primeros días de aguacero y vientos, cruzaban los dedos. No se habían producido grandes daños y las consecuencias en las producciones parecían no tener importancia en un principio. La situación ahora es diferente tras el paso de un tornado hace una semana, un embudo que se llevó invernaderos enteros, hizo volar plásticos y destrozó infraestructuras en el campo, desde la entrada por la costa hasta Trigueros.

«La parte de las fresas ha quedado siniestro total , es irrecuperable», afirma Nazaret Rodríguez, que gestiona la explotación agrícola propiedad de su padre, en Lepe, la zona donde más estragos ha causado el tornado, junto a Cartaya.

De entrada, tienen las espaldas cubiertas con Agroseguro y, en una primera cifra, calcula que los daños rondan el medio millón de euros. «Por donde ha ido pasando, ha ido arrasando, lo que nos pueden pagar por los seguros nunca va a ser lo que realmente hemos perdido», se queja. La superficie afectada en su caso puede rondar las 25 o 30 hectáreas de cultivo.

Campos de fresas

En el sector fresero, que se encuentra a las puertas de la punta alta de la campaña, casi a la mitad de la temporada, los daños están por cuantificar , lo que no será posible hasta que Félix y sus sucesores no acaben de pasar por la provincia, a lo largo de esta semana.

Desde Freshuelva, asociación que agrupa a los productores del sector, se ha subrayado que existe un alto porcentaje de explotaciones aseguradas y que en estos días se siguen valorando los daños y las pérdidas, con la esperanza de que en este marzo se despidan los temporales .

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