OPERACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL

Fiscalía investiga a una empresa química de Huelva por contaminación tóxica de suelos y aguas subterráneas

En la operación, la Guardia Civil implica a 21 directivos y trabajadores de la compañía, así como responsables de una consultora externa que manipulaba los datos en sus informes

Agentes del Serpona toman muestras en la finca en la que se ubica la planta ABC

M. Rosa Font

La Guardia Civil , con la participación del Servicio de Protección de la Naturaleza ( Seprona ) y bajo la instrucción de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo de Madrid, en el marco de la operación Flixanco, mantiene abierta una investigación a empresas del sector cloroalcalino de Huelva cuya actividad estaba provocando contaminación al aire y al subsuelo en la zona en la que se ubica.

En la causa, derivada ya desde Madrid de Huelva, se investiga a un total de 21 personas por delitos contra los recursos naturales y el Medio Ambiente , entre directivos y trabajadores de la empresa, así como responsables de una consultora que trabajaba para la compañía, a los que se suma la presunta comisión de un supuesto delito de encubrimiento .

Fuentes de la Guardia Civil han confirmado a ABC que esta consultora manipulaba datos en los informes que emitía para la empresa investigada con el objetivo de no tener que dar cuenta en el departamento de Medio Ambiente de la Junta.

La investigación arrancó en 2017 a raíz de una información (de momento anónima) ampliamente documentada , según el Instituto Armado, en la que se describían las supuestas irregularidades que se vendrían produciendo en la actividad realizada en distintos centros dedicados al sector cloroalcalino en la provincia de Huelva.

Estas irregularidades podrían haber contaminado las aguas subterráneas por vertidos y emisiones de mercurio utilizado en el proceso productivo, al tiempo que podría haberse puesto en riesgo la salud de los trabajadores por posibles exposiciones a dichas sustancias contaminantes.

Entre los productos fabricados por la empresa investigada se encuentra el cloro , obtenido a través de distintos tipos de electrolisis. Hasta el 11 de diciembre de 2017, uno de los procesos productivos se basaba en la utilización de celdas de mercurio, tecnología que ha sido sustituida por otras alternativas que no utilizan mercurio para su producción. Como consecuencia de ello, se habrían producido efectos medioambientales adversos provocados por supuestas fuga s de mercurio y otros contaminantes, así como a causa de deficiencias en la producción , en la gestión de residuos, vertidos y emisiones a la atmósfera de gases contaminantes.

Mercurio y sustancias cancerígenas

Tras el estudio de la documentación, incluidos informes aportados por las distintas administraciones, como la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía , se observaron discrepancias en los datos analizados, por lo que se realizó un muestreo de suelos y aguas en distintos puntos de las instalaciones de la planta.

Tras ello, los investigadores hallaron sustancias contaminantes compatibles con la actividad de la empresa que superaban ampliamente los parámetros establecidos y con una concentración suficiente para determinar la existencia de riesgos no admisibles para la salud humana y los ecosistemas.

Tras estos resultados y en el marco de las investigaciones, la Guardia Civil ha llevado a cabo registros , inspecciones oculares e intervención de las comunicaciones, así como distintos informes periciales para constatar la presencia de contaminantes.

Con esta operación se ha confirmado la existencia de contaminación en suelos y aguas subterráneas causada por sustancias peligrosas producidas por la actividad industrial anterior de la planta cloroalcalina y de las plantas asociadas a la misma que componían el complejo investigado. Asimismo, se han detectado concentraciones de estas sustancias muy por encima de los valores de referencia legalmente establecidos que habrían estado acumulándose en los terrenos ocupados por el complejo industrial y en las aguas subterráneas.

Entre los contaminantes detectados se encuentran el mercurio y determinados compuestos organoclorados que presentan una toxicidad elevada y están clasificados como sustancias peligrosas y cancerígena s según la normativa vigente.

El mercurio se utilizaba en celdas de electrolisis en la obtención de cloro y de sosa cáustica. Es un contaminante de “alta movilidad” y puede transformarse rápidamente en compuestos orgánicos más tóxicos cuando se libera al medio ambiente. En el proceso productivo este compuesto se somete a elevadas temperaturas lo que puede provocar su volatilización con la consiguiente contaminación de la atmósfera, de los suelos y de las aguas superficiales y subterráneas, poniendo en riesgo la salud de los trabadores de la industria. No obstante, a través de la Decisión de Ejecución de la Comisión Europea, que aprueba las mejores técnicas disponibles para el sector Cloro-Álcali, este sistema de producción ha sido reemplazado por otras tecnologías menos contaminantes.

Con la normativa reguladora se pretende garantizar y mejorar el comportamiento ambiental de estos procesos productivos y así reducir y controlar la contaminación de la atmósfera, del agua y del suelo, mediante el establecimiento de sistemas de prevención y control de la contaminación. Asimismo, se trata de proteger a los trabajadores contra los riesgos derivados o que puedan derivarse de la presencia de agentes químicos en el lugar de trabajo o de cualquier actividad con agentes químicos.

La investigación ha sido desarrollada por agentes pertenecientes al Seprona, que han contado con el apoyo de miembros de la Unidad Técnica Adscrita a la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo y del Instituto Nacional de Toxicología.

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