El legionario que degolló a su expareja en Granada, condenado a 22 años de prisión

Declarado culpable por un jurado popular, el delito de asesinato tiene los agravantes por parentesco y género. También se le condena a indemnizar en 600.000 euros a la hija menor de edad de la víctima, fruto de una relación anterior

El jurado popular declara culpable al legionario que degolló a su expareja en Granada

El acusado de degollar a su exnovia en Granada dice que ella le atacó y que como legionario tenía que luchar

Imagen de archivo del legionario condenado por el asesinato de su expareja en Granada E.P.

Álvaro Holgado

El legionario declarado culpable por degollar a su expareja en Granada ha sido condenado este viernes a 22 años de cárcel por la Audiencia provincial. Al delito de asesinato, se le suman los agravantes por parentesco y género. Además, se le condena a pagar una indemnización de 600.000 euros a la hija de la víctima , así como otros 100.000 euros al padre.

La condena se desvela apenas un par de semanas después del fallo del jurado popular sobre el caso. En el juicio, el acusado, un joven de 26 años que en el momento de los hechos era legionario destinado en Viator (Almería) , señaló que mató a su expareja después de que ella intentara agredirle primero con un cuchillo tras una discusión.

«Como legionario mi mejor defensa era luchar, no salir huyendo; no soy un cobarde» , apuntó. El jurado no creyó su versión, y por unanimidad señalaron el asesinato con alevosía, por lo que se estaba a la espera de saber el tiempo de condena entre rejas.

El detonante del asesinato fue, según lo esclarecido, que la víctima, Ana María M.M, de 38 años, maestra natural de Íllora (Granada), semanas antes del crimen decidió poner fin a la relación sentimental. Los celos por parte del legionario fueron la causa de una discusión que acabó finalmente con su vida.  

En la sentencia, contra la que cabe recurso al TSJA, se considera probado que el acusado y la víctima mantuvieron una relación de un año y medio en la que convivieron de forma intermitente en el domicilio de ella.

Tras algunas rupturas previas seguidas de reconciliaciones, a finales de enero de 2020, Ana María dio por concluida la relación de forma definitiva, «a lo que éste se opuso e intentó en varias ocasiones contactar ella», aunque Ana María se negaba y llegó a bloquearle en el móvil.

Confesión

Tras esa ruptura, el ocho de febrero de 2020, el acusado se encontraba en Guadix, en casa de su madre y hermano, y sobre las tres de la tarde se dirigió a la vivienda de la víctima y aprovechando que entraban unos vecinos accedió al inmueble. Una vez en la puerta, la convenció para que le abriese y le dejase entrar.

Allí «se inició entre ambos una discusión por los celos del acusado, al reprochar a Ana María que no quisiera reanudar la relación con él y se mostrase dispuesta a tener contacto con otros hombres«, según se expone en la sentencia.

En el transcurso de la misma, le arrebató sus dos teléfonos móviles y comprobó que efectivamente había mantenido contacto con otras personas, lo que le enojó y los rompió contra el suelo.

Seguidamente, «comenzó a agredir a Ana María, la golpeó y la agarró del cuello por detrás», por lo que ella, aturdida por los golpes recibidos y por esa maniobra, cayó de espaldas en el suelo del recibidor junto a la puerta de entrada de la vivienda. En ese momento el acusado «tomó un cuchillo de la cocina» y «con intención de acabar con su vida» le «propinó una cuchillada en el cuello» con el que le seccionó la arteria carótida izquierda.

A continuación, el acusado salió del domicilio, al cual no se podía acceder al estar la llave echada por dentro, y se cruzó con el padre de Ana María y con un vecino que le acompañaba , los cuales estuvieron momentos antes intentando abrir la puerta, sin conseguirlo.

Tras salir a la calle, el acusado condujo su vehículo de regreso hacia Guadix, donde habló con su hermano y su madre de lo sucedido. «Les dijo que había matado a su novia, que no podía ser de otra manera, y que a lo hecho pecho», por lo que el hermano lo llevó al cuartel de la Guardia Civil de Guadix para entregarlo y ante los agentes «se presentó diciendo que había estrangulado a su novia y le había cortado el cuello» . Esto último ha propiciado que el tribunal le aplique el atenuante de confesión.

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