Medio ambiente

La contaminación, una preocupación creciente que asfixia a Granada

La polución reduce en un año la esperanza de vida de los granadinos aunque los datos oficiales reflejan niveles aceptables

La boina de contaminación en Granada era visible este martes. ALFREDO AGUILAR

Leo Rama

«Tengo asma estacional, suelo tenerlo en primavera, pero hoy llevo todo el día ahogaíllo» . El testimonio del granadino Juan Manuel Martín, un vecino capitalino que podría ser cualquiera de los que este martes quedaron impresionados por la visible, asfixiante y habitual boina de partículas en suspensión , deja poco margen a la imaginación. Sin embargo, los cada vez más preocupantes niveles de contaminación de Granada no son un reflejo de su percepción.

Pese a esa sensación generalizada, los sistemas de medición reflejaban ayer niveles de contaminación aceptables para la salud. Hay dos explicaciones. La primera, es que los barómetros empleados por la Junta de Andalucía siguen los estándares europeos, más laxos que los de la Organización Mundial de la Salud . Y, en segundo lugar, que los aparatos se ubican extramuros de la capital granadina.

Los aparatos de medición, ubicados extramuros de la capital, no reflejan los datos más preocupantes

Preguntado por ABC, el experto Antonio Daponte mantiene la duda de si los medidores «reflejan lo que respira la gente». «Muestran lo que ocurre en el área metropolitana» , afirma, al tiempo que señala que la estructura urbana de la capital podría estar facilitando la acumulación de partículas nocivas por el efecto del tráfico rodado –especialmente en hora punta– en calles sitiadas por edificios que impiden la transpiración, a lo que se suma la quema de rastrojos y la propia orografía de la zona.

El problema del siglo

No es un problema aislado. Al contrario, se repite en «prácticamente en todas las ciudades y es el resultado de los usos de energías fósiles », resume Antonio Daponte, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y director del Observatorio de Salud y Medio Ambiente de Andalucía. Pese a ese matiz introductorio que relativiza la gravedad del asunto, Daponte advierte que, en el caso de Granada, la situación es más que preocupante.

«Granada lleva desde hace años con niveles muy parecidos a ciudades como Barcelona, Madrid o Roma» , señala Daponte, que enfatiza en el repunte de los resultados a raíz de la recuperación económica, que acarrea un mayor número de desplazamientos en vehículo. Lejos de reducirse, la contaminación tiende a crecer y se agrava a causa del cambio climático, una realidad a la que el litoral mediterráneo se muestra especialmente sensible.

Estudios científicos realizados en Granada demuestran que la esperanza de vida de la población se reduce en un año, de media, a causa de esta situación

«Es el problema ambiental urbano del siglo XXI» y su solución no resulta sencilla: «Es complicado hasta donde se han aplicado medidas para reducir el tráfico, como en Madrid» . Algo hay seguro: la evidencia científica demuestra su incidencia en la salud de los granadinos, que de media viven un año menos en comparación con otras poblaciones , como apuntan los datos relativos a patologías cardiovasculares y respiratorias: «Aumentan los síntomas, los ingresos hospitalarios y la mortalidad».

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