LABOR SOCIAL
Las vidas que Cáritas saca a flote en Córdoba con la autoestima del trabajo
Tres personas relatan cómo han mejorado tras encontrar un puesto en sus empresas
La faceta laboral de Cáritas tiene ya una andadura importante, porque empezó su labor de inserción social en diciembre de 2007 con la creación de Solemccor , que se dedicó en un principio a la recogida y tratamiento de papel y cartón. El gerente de Cáritas, José Repiso , indica en este sentido que «con posterioridad vimos la necesidad de ir generando otras actividades y nuevas líneas de negocio, como la recogida de textil , la destrucción de documentos confidenciales». Así, en 2014 nació Tabgha , un restaurante situado en la avenida de Ronda de los Tejares; en 2016 se puso en marcha una empresa para la limpieza de edificios y en 2017 se incorporó Dorcas , dedicada a la confección y a la arreglos de prendas de vestir.
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¿Cómo trabaja la organización social de la Iglesia para integrar a estas personas en el mundo laboral, que a veces es el sinónimo de integrarlas en la sociedad? «Las personas vienen a Cáritas y dependiendo del perfil profesional vamos orientándolas, bien en proyectos de formación, en opciones de intermediación laboral o bien en proyectos propios de empleo en inserción», indica José Repiso, que añade que Cáritas atiende a una media de cien personas mensuales demandantes de empleo.
El trabajo se valora
El caso de Vanesa Sepúlveda es paradigmático. Empleada de la división de papel y cartón de la organización sin ánimo de lucro, asegura que «contacté con Cáritas gracias a la Fundación Don Bosco, adonde yo iba y pedía que me buscasen un puesto de trabajo. Entregué mi currículum a las personas de Cáritas y les expliqué mi situación: que era madre soltera y tenía dos niños, y que no tenía dinero ni para pagar el piso. Y me llamaron en para trabajar en Solemcor, en concreto en la recogida de cartón y papel puerta a puerta, con una bicicleta ». ¿En qué ha cambiado la vida de esta mujer joven desde que se incorporó a su puesto de trabajo? «Estoy muy feliz de ver a mis hijos que no le falta de nada. Lo que más valoro es el buen ambiente laboral que tenemos, la autonomía que nos dan, el r econocimiento por nuestro trabajo por parte de la empresa y que cada día aprendemos algo nuevo».
Otro caso parecido es el de Pilar Frías , que trabaja en Dorcas -la empresa textil y de arreglos de Cáritas- desde hace un año. Coincide con Sepúlveda en que «la vida me ha cambiado: antes estaba en el paro y ahora me siento útil por tener un trabajo». «Además, el trabajo me encanta. Hasta conseguir este empleo mi familia y yo nos encontrábamos en una situación de exclusión social : yo echaba horas en algunas casas y hacía manualidades para sacar dinero de donde podíamos» suscribe, para añadir que «me encantaría que esta labor que hago se convirtiera en mi profesión algún día: me queda mucho que aprender».
Muy expresivo se muestra también Manuel Campos , que es camarero en. Tabgha, el restaurante de Cáritas en Ronda de los Tejares. ¿Cómo entró él en contacto con la organización solidaria? «Tuve mi primer contacto con Cáritas hace nueve meses, y me cambió la vida , a mejor, claro. Hasta ese momento me encontraba bastante mal: me casé joven, tuve dos hijos y por más que me formaba no encontraba trabajo, no me quiero ni acordar lo mal que lo pasé, porque no tenía para cubrir las necesidades familiares, y eso es muy duro. Pero llegó Cáritas a mi vida y me ofreció formación como camarero , cosa que acepté, cómo no». Cuando Manuel habla de lo mucho que le ha cambiado la vida no hay duda de que está más que agradecido. «Ahora, mi familia y yo somos muy felices, porque tengo un sueldo digno en un puesto de trabajo con unas condiciones dignas. Lo que más valoro de esta profesión es cuando acabo la faena y me marcho para mi casa sabiendo que he dado un buen servicio y que los clientes han salido contentos». Y que su empresa lo valora.
