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FÚTBOL INTERNACIONAL

La vida de Rafa Wellington en Tailandia

El lateral izquierdo cordobés vive su segunda temporada en esta liga asiática tras pasar por Moldavia

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Desde muy pequeño, Rafael Wellington se hizo a la idea de que para comer del fútbol debía tener preparada la maleta como si fuera una constante. Así, no tardó mucho en salir con destino al Real Madrid, donde tuvo la opción de jugar hasta en su segundo filial. Ahí empezó un camino que le ha llevado por diversos puntos de la geografía española, Moldavia y actualmente en el exótico Tailandia.

Porque este lateral izquierdo defiende actualmente los colores del Chiangmai durante su segunda temporada en el país asiático, después de que el curso pasado comenzara su aventura en el Rayong. Al menos, no era su primera experiencia internacional, ya que recuerda que «en 2011 salí con destino a Moldavia», donde jugó con el Milsami y también con el Zimbru.

Después le llegó la oferta tailandesa y no se lo pensó.

De hecho, se aparta del fútbol para recordar que «el país es maravilloso en todos los sentidos como el clima, las playas, los paisajes, el estilo de vida», si bien confiesa que «lo único a lo que me ha costado adaptarme es a la comida». Y es apunta que «todo el mundo que ha visitado Tailandia le ha encantado, aunque yo he venido por el fútbol y en eso no te regalan».

Porque, como sucede en otras muchas regiones de Asia, el conocido como deporte rey está en pleno auge hasta el punto de que reconoce que «se vive de manera especial», porque «todos los tailandeses siguen la Liga, la Premier o la Bundesliga y lo demuestran porque conocen todos los equipos». Aunque, desde su punto de vista, lo mejor es que «el futbol nacional genera un ambiente que es total». De hecho, «en cada partidos los estadios están casi llenos y todo el mundo va con la camiseta de su equipo».

Con todo, estas sensaciones también tienen un coste importante, ya que «espero continuar aquí. Y es que la distancia con la familia y los amigos es lo que «peor se lleva», aunque por suerte «ahora con Internet estoy en contacto con ellos a todas horas». En parte, porque sabe que le da una estabilidad económica que no siempre ofrece garantías en España.

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