Patios de Córdoba 2020

Plaza de las Tazas e Isabel II, tesoros escondidos para disfrutar en la intimidad

La zona de Regin tiene lugares que hay que buscar por zonas muy íntimas de Córdoba

Patio del número 1 de la calle Isabel II en Córdoba Valerio Merino
Luis Miranda

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Se puede pasar por un lugar o se puede ir a él. Lo dice Don Quijote cuando se aproxima a Puerto Lápice : les esperan aventuras por ser un lugar de mucho paso. Los centros urbanos de las ciudades, y las plazas neurálgicas de los barrios, son el fondo lugares por los que hay que transitar. Y como se pasa, se abren allí tiendas y bares . Los lugares de paso son cruces de camino y lugares con vida y actividad, pero también con más ruido y con menos tranquilidad.

Luego están los sitios por los que no se pasa, sino a los que se va. Quizá se pueden pensar que son solitarios y que están apartados, y que por lo tanto no es tan bueno vivir en ellos. Comprar no es tan fácil como en los lugares que están en cruces de caminos , hay que ir a tiro hecho para llegar y hasta muchos se sorprenden de que en el callejero de las ciudades existan esas calles cuyo nombre escribe alguien. Los amantes del ambiente y de la bulla echarán de menos la concentración, pero quienes viven allí disfrutan de la tranquilidad . Apenas tienen que competir con los coches, que no son más que el recuerdo de algún tubo de escape , los ruidos son mínimos y lo más normal es poder despertarse entre campanas y cantos de pájaros. La fiesta de los Patios de Córdoba es rica en lugares a los que va sólo en esos días.

Muchos de ellos están entre un barrio antiguo, el de San Pedro, y otro que ya no existe como tal, que es el de la Magdalena . Queda su vieja iglesia pero desacralizada y cerca hay calles estrechas y escondidas y calles sorprendentes. La plaza de las Tazas suena a patio y aún así es posible que muchos cordobeses ni siquiera sean capaces de encontrarla en los mapas. No saben lo que se pierden. Cristina Bendala abre las puertas del que puede ser el patio más grande de Córdoba, «más un huerto que un patio», con 200 metros cuadrados de extensión. Su dueña muestra los enormes árboles que dan sombra y prestan belleza: moreras, dos cipreses y una jacaranda , entre otros muchos.

Interior del patio de la plaza de las Tazas, con su espectacular vegetación Valerio Merino

Los niños siempre se han fijado mucho en el bambú que está muy próximo a la entrada, y que es tan exótico en los Patios de Córdoba. La buganvilla morada actúa como pérgola y la dueña invita a fijarse en el invernadero, uno de sus lugares más singulares, y en las esterlicias que ocuparon el lugar de una de las palmeras que no pudo sobrevivir al picudo rojo . Para ella están entre las especies más hermosas, porque se vuelven casi traslúcidas cuando les da el sol. Como no hay visitantes y es posible, Cristina Bendala invita a conocer la terraza superior, que da imágenes insólitas del patio y tiene vistas excelentes de las torres y cúpulas.

Invita a mirar una parra que cubre la pérgola. El tronco es muy grueso y retorcido y las hojas con toda su estética hacen contraste con el sol. También hay un jazmín , igual de veterano y añoso y la visita no terminará sin hablar un poco más de ellos. Ya no hay visitas como todos los años, así que el conejo ha podido salir y disfruta de la sombra como todo el mundo. «Entre lo que más me gusta de aquí está el paisaje. Mire ese pino . Está en una casa también muy grande que es la de Paco Montalvo. Parece increíble que en esta parte de Córdoba haya un pino así», cuenta. Antes de salir muestra los troncos de los que nacen el jazmín, enredado en la reja de una ventana, y la parra. Las plantas no son decoración de la casa, sino que están en sus mismos cimientos .

A pocos metros está la calle Isabel II , que une la plaza de la Regina, con esa fuente antigua, y la Magdalena, el barrio que dejó de serlo aunque todavía conserve memoria. Allí se abren las puertas de un patio pequeño con detalles únicos de antigüedad . Tiene todavía el carácter de patio de vecinos y una de sus dueñas explica que la casa data del año 1500 y que en su origen daba a la plaza de Regina, cuando frente a ella estaba abierto el convento.

El campanario de una iglesia visto tras la jacaranda del patio de la plaza de las Tazas Valerio Merino

Tiene el chino cordobés y dos columnas muy valiosas con capiteles , que el Ayuntamiento catalogó en la última obra de la casa para que se conservasen tal y como eran. Son columnas romanas, una con capitel visigodo , de entre el siglo VII y VIII, y otra con un capitel de avispero , con sello inconfundible.

Gitanillas colgantes en Isabel II, 1 Valerio Merino

En el patio canta un pájaro y hay gitanillas y muchas flores de todos los colores, aunque sus dueñas explican que cada vez más abril es mejor mes para las plantas que mayo, porque parece que las temperaturas son más cálidas y la floración se ha adelantado. Entre los arcos antiguos hay gitanillas y de las ventanas cuelgan flores de varios colores. Hay un pequeño bodegón con restos arqueológicos y plantas verdes que trepan por las esquinas y entre el azul cobalto de las vigas queda la impresión de que los tesoros gustan más cuando hay que buscarlos.

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