La cera que arde
La totalidad
Nada mejor que un liberal, nada peor que un liberal
Ha dicho el señor Be llido , flamante primer edil, que «será el alcalde de todos los cordobeses». Que no haya utilizado la fórmula ‘todas y todos’ ya es un motivo de esperanza para creer en su propósito porque, por lo general, los del «todos y todas» no contemplan en sus ánimos a los que entramos en la categoría de «todes», que no es cuestión de género, sino de condición: somos los contribuyentes que cumplimos con la gramática y los impuestos y que en los años 80 se nos solía denominar ‘gualtrapas’. Quiero dejar esto claro y utilizar mucho la primera persona porque, en principio, esto es «opinión», y después, he sido parte de la totalidad y ahora escribo extramuros mientras ultimo mi tesis, que lleva por título «Todes les que no sabemes ubicarnos en el total de la totalidad».
La coalición de carácter liberal que desde el sábado rige los destinos de parcelistas y cordobeses en general tiene a su favor, en efecto, dicho carácter, aunque la experiencia nos ha demostrado que no hay nada peor que un liberal de ministro de Haci enda , por ejemplo, o que le superen las ganas de abrazar progres al grito de «nosotras y nosotros también implementamos transversalidad». De ahí que una fracción de la totalidad española y parte de la cordobesa haya optado por el liberalismo con testosterona, que es un liberalismo que no se pierde en gestos para congraciarse con los que reparten carnés de postureo.
El nuevo equipo de gobierno tiene a su favor muchas cosas que, claro, tendrá que demostrar. Los contrapesos que las siglas políticas hagan en el ejercicio, por ejemplo, de presupuestar un dinero que puede irse a la creación de un observatorio con perspectiva agropecuaria sobre los usos holísticos del perol, la creación de la oficina del salmorejo de telera o la implantación de puntos de avituallamiento con rabo de toro vegano en los carriles bici, o crear las condiciones favorables para que parte de la totalidad no tenga que pillar cada mañana la A4 camino del exilio.
Quizá lo más importante en el mensaje bienintencionado del señor Bellido y que entiendo que comparte plenamente la señora Albás es contemplar en esa totalidad a los raros, los desafectos, los distintos, los independientes, los equidistantes, los prudentes, los humildes, los trabajadores, los frikis , los que usan pantalones de pinzas, Varón Dandy o Loewe, les gustan los toros o adoptan caracoles. Suelen ser los primeros que sufren cómo se les desprecia el talento, ese que dice don José María que sabe que existe. Porque la experiencia nos ha demostrado que, en política, y sobre todo, en los partidos, el talento que cuenta es otro más relacionado con la capacidad de posicionarse en la escalera que en los valores morales.
Y que cuando las cosas no se hacen como se deben hacer, los regidores prefieren cerca a esa parte de la población que les acaricia los oídos y el lomo y la convierten en su particular totalidad. Soy optimista, no obstante: pertenezco a ese total de humanos que cada mañana pelea porque la vida no le decepcione. Algo parecido a lo que nos han prometido este pasado sábado .
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