Objetos y libros expuestos en el centro de arte Rafael Botí
Objetos y libros expuestos en el centro de arte Rafael Botí - ROLDÁN SERRANO
CENTRO DE ARTE RAFAEL BOTÍ

El mundo con los ojos del Inca Garcilaso

Una exposición que viene de la Biblioteca Nacional trae a Córdoba los libros y las claves de la época del escritor nacido en Cuzco

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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La idea puede ser algo parecido a abrir una ventana con la que ver, no sólo un tiempo pasado, sino ese mismo mundo a través de los ojos de su protagonista, por saber qué vio, cómo se formó para entender el mundo y qué escribió. A los 400 años de la muerte de Gómez Suárez de Figueroa, el primer gran mestizo entre España y América, el Inca Garcilaso de la Vega ha vuelto a Córdoba con una exposición que resucita en documentos, libros y objetos los códigos del mundo en el que vivió el escritor. La muestra, titulada «La biblioteca del Inca Garcilaso» se inauguró en el centro de arte Rafael Botí, y se podrá visitar hasta el próximo 4 de septiembre.

Viene de Madrid, donde se ha visto en la Biblioteca Nacional, que la organizó, y su concepción tiene un punto de partida: la muerte, en abril de 1616, del Inca Garcilaso. Varios amigos suyos acuden a su casa y hacen inventario de su colección de libros, que son 188, una cifra altísima para la época, en que cualquier biblioteca podía tener una media de apenas 50 volúmenes.

No se conservan, pero sí la relación y recopilar obras editadas en aquella época fue el primer trabajo, y por eso a la exposición se asoman los grandes libros de Aristóteles, la poesía de Petrarca, la «Eneida» de Virgilio y una de las obras propias del propio Inca Garcilaso: la traducción de los «Diálogos de amor» de León Hebreo, una obra que, como destacó una de las comisarias de la exposición, Esperanza López Parada, sufrió la censura de la Inquisición, que mandó expurgar toda la segunda parte, algo contra lo que el autor nacido en Cuzco luchó durante toda su vida.

Diccionarios

De su condición de intelectual dan noticia los muchos diccionarios que se conservan, como el de latín que realizó Elio Antonio de Nebrija, el de toscano y sobre todo los que servían para comprender el quechua, la lengua de los incas, en cuya cultura nació. Pero no sólo vive la exposición de libros, sino que también ha buscado objetos que los españoles trajeron de las tierras que hoy pertenecen a Perú y se reproducen cuadros en que se recrea la vida de Cuzco, su ciudad natal, como el que muestra la procesión del Corpus Christi, llevada por los españoles, y en la que se integraban los nativos. El Museo de América ha aportado numerosos objetos que se trajeron de Perú, una de las zonas con las que hubo un intercambio más intenso, desde los útiles de la vida diaria.

Una parte de la exposición está dedicada al grupo de los intelectuales que fueron los amigos del Inca Garcilaso en Córdoba, y por están sus obras, como una de las de su maestro, Ambrosio de Morales. Entonces se llega a su obra fundamental, los «Comentarios reales», publicada en 1609, que relata la historia de la llegada de los españoles a la tierra en que nació, continuada poco antes de morir con un libro que se tituló, contra su voluntad, «Historia general del Perú».

Una de las joyas es el primer atlas conocido, obras del holandés Abrahm Ortelius

La exposición combina los libros y reproducciones con las proyecciones y en una de ellas se puede ver la letra del Inca Garcilaso. Se trata de un libro de Francisco López de Gómara en que se habla de la conquista del Perú, pero el intelectual peruano lo considera poco fidedigno, ya que su autor nunca pisó las Indias. Así, escribe en los márgenes y hace acotaciones para desmentir, corregir o completar lo que cuentan estas páginas. Uno de los libros más sobresalientes de la exposición es el primer atlas mundial del que se tiene noticia. Es el que realizó el holandés Abraham Ortelius en el siglo XVI, y del que hay constancia de que el Inca Garcilaso tuvo uno.

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