Un grupo de niños se baña en una piscina municipal de Córdoba
Un grupo de niños se baña en una piscina municipal de Córdoba - ARCHIVO
SEGURIDAD

Dos muertes infantiles en una piscina en Córdoba: consejos para evitar una tragedia

Dos niños han muerto ahogados en casas de campo en apenas tres semanas

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En lo que va de verano, dos niños han fallecido ahogados en piscinas particulares de parcelas en la provincia de Córdoba. Se trata de una desgracia tristemente habitual en todo el país cuando se acercan los meses de estío.

Los descuidos de los mayores que están al cargo de los pequeños y las travesuras de estos últimos suelen estar detrás de tragedias como las que han sacudido los municipios de Fuente Palmera y Priego de Córdoba en los últimos días.

El pasado día 17 de junio, un niño de tan sólo cuatro años falleció tras ahogarse en la piscina de una parcela de sus familiares en una aldea de Fuente Palmera. Según el relato de la Subdelegación del Gobierno, el menor se encontraba solo con su abuela, que fue quien terminó encontrándolo inconsciente en la piscina. Aunque la Guardia Civil acudió enseguida a su socorro, ni los agentes que trataron de reanimarlo ni los sanitarios que lo atendieron después pudieron hacer nada por salvar su vida.

El último suceso de estas características ocurrió en la noche del pasado miércoles, cuando otro pequeño, en esta ocasión un bebé de dos años, falleció por las mismas causas en la pedanía de Genilla, perteneciente al municipio de Priego de Córdoba. El niño fue trasladado con vida al hospital de Cabra tras ser reanimado con maniobras de estimulación cardiopulmonares por parte de los servicios de emergencia, pero finalmente falleció.

Como sucede con todas las tragedias, sucesos tan habituales como el ahogamiento de menores en piscinas y playas resultan ajenos e improbables pero le pueden pasar a cualquiera. Para evitar verse en estas situaciones, es importante extremar la vigilancia al máximo cuando hay niños pequeños bañándose en piscinas profundas que no cuentan con los servicios de un socorrista. Elementos como los manguitos o el flotador pueden ser útiles, pero también se convierten en ocasiones en armas de doble filo si no se vigila su uso.

Apuntar a clases de natación a los niños cuanto antes también puede evitar disgustos, aunque lo ideal es protegerlos cuando aún son bebés (por ejemplo, vallando por los cuatro costados la piscina particular) y después educarlos para prevenirlos de los peligros que puede tener el agua. De esta forma aprenderán a no entrar bruscamente, a no tirarse de cabeza en espacios no habilitados para ello, a no correr por el borde de la piscina o a respetar el tiempo que requiere el cuerpo para hacer la digestión, evitando posibles cortes que generen problemas.

Y si finalmente sucede un accidente, conviene mantener la calma mientras se saca al niño del agua, llamar inmediatamente al Servicio de Emergencias 112 de Andalucía y realizar las maniobras de primeros auxilios mientras llegan los profesionales. En Internet pueden encontrarse multitud de tutoriales con las nociones básicas para socorrer a una persona que se ha ahogado.

Ver los comentarios