Pozoblanco

Las Jornadas de Otoño redescubren a Hernán Cortés más allá de la leyenda y el estereotipo

Los expertos separan la realidad de los datos de la leyenda interesada

Muñoz Machado, con los ponentes de las jornadas Quercus

Féliz Ruiz Cardador

La XXII edición de las Jornadas de Otoño de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno arrancó ayer en Pozoblanco con el año 1519 como telón de fondo y con tres navegantes como protagonistas: Hernán Cortés, Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano . Al primero de ellos, al conquistador de México, estuvo dedicada la jornada inaugural, que sirvió para sacar a este personaje imprescindible -del que se acaba de estrenar una serie- de los numerosos velos que lo cubren por culpa «de la leyenda negra española y de las corrientes de opinión que crearon los movimientos nacionalistas americanos durante el siglo XIX y que se acabaron imponiendo».

Así explico ayer el historiador Manuel Lucena , del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, un especialista que ompartió la sesión con Jesús García Calero , redactor jefe de Cultura de ABC , que habló sobre los barcos hundidos por Cortés a su llegada a México, y con el novelista Javier Moro , que habló sobre la dimensión del personaje en la cinematografía y en la literatura. Presidió la mesa Santiago Muchoz Machado, director de la Real Academia de la Lengua, presidente también de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno e impulsor de las jornadas.

Lucena, tratando de ir a las fuentes y evitando la leyenda, explicó al conquistador extremeño desde las claves de la globalización ibérica que se desarrolla desde que los portugueses y los españoles «comienzan a navegar y que va hasta la muerte de Felipe II, cuando el imperio español ya está determinado». El investigador explicó que tal globalización fue de origen euroasiático y supuso el final del aislamiento que había mantenido América respecto al resto del mundo.

Definió a Cortóes como un hombre «muy ambicioso», rebelde, mujeriego, pero también un ser de la frontera que quería ver más allá, algo «muy moderno en esa época». Lucena se refirió también de La Malinche , pareja de Hernán Cortés, que le fue regalada al conquistador cuando era esclava de los aztecas y la que la leyenda negra ha querido dibujar como una traidora. Frente a todas imágenes negativas, Lucena concluyó diciendo que existió una «primera globalización ibérica que en México tuvo su centro de operaciones y en Cortés y La Malinche a dos protagonistas fundamentales».

Quema de barcos

El redactor jefe de ABC Jesús García Calero , que es especialista en arqueología subacuática, dio cuenta por su parte de uno de los capítulos más conocidos de la historia de Cortés: la quema de sus barcos en el verano de 1519, hace ahora 500 años. Calero explicó que dicha expedición, que salió desde Cuba, «tenía un carácter de tanteo probatorio». Sin embargo, se convirtió en «una hazaña que en tres años cambió el mundo tal como lo conocían entonces». García Calero explicó la sucesión de hechos que llevaron a Cortés a tomar tan dramática decisión, que achacó a la necesidad de evitar los motines que comenzaban a repetirse.

Por último, también recordó la necesidad de investigar los pecios hundidos, por dan información de la historia y al ser expoliados lo que se consigue es que caigan en el olvido. «Cuando un barco se hunde se hunde con él una ciudad repleta de historias», explicó. También lamentó que estos barcos se vean como algo hundido en el tiempo y la memoria y no se entienda que los pecios «son una experiencia única, congelada, para la sociedad». García Calero , que subrayó la importancia de la flota de Indias, «quizá el mayor esfuerzo que España hizo en su historia», lamentó sin embargo la inactividad del Gobierno español en el proceso de búsqueda de los barcos hundidos de Cortés, una desidia que achaca «a todos esos mitos que envuelven al relato histórico».

El novelista Javier Rojo , autor del superventas «Pasión India», explicó por último que Hernán Cortés «significa lo que no funciona». «Es un mito que divide a la sociedad», explicó Moro, que recordó que en «España se estudiaba al conquistador como un héroe que sojuzgó al imperio azteca con 50 hombres al mismo tiempo que en México se estudiaba al personaje como un hombre que acabó con una civilización maravillosa y casi perfecta, cuando ninguna de las dos cosas son ciertas». «La gente usa al personaje para sus fines y hacer imposible abordar un personaje de esta magnitud», explicó Moro , que en todo casó defendió la capacidad de la novela histórica, las series de televisión y las películas, si se hacen con rigor, para transmitir el amor por la historia y el conocimiento de los grandes personajes del pasado. «La ficción nos permite encontrar lo que somos en lo que fuimos», concluyó.

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