Agricultura

La industria del orujo de Córdoba prestigia su producto

Realiza acciones para dar a conocer las propiedades de este aceite vegetal

Línea de envasado de aceite de orujo Archivo

Inma Lopera

El aceite de orujo de oliva sigue siendo un gran desconocido en el mercado interior, pese a que España es el primer productor mundial, generando un gran valor económico (485 millones de euros en la pasada campaña 2017/2018) y social (con hasta 18.000 puestos de trabajo). Está considerado como el segundo mejor aceite vegetal del mundo, tras el aceite de oliva. Las industrias especializadas tienen una fuerte implantación Córdoba.

La interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva (Oriva) se ha propuesto que este producto salga del ostracismo y se labre un hueco en la cesta de la compra de los consumidores españoles, así como en la industria alimentaria y en el canal Horeca. Para derribar falsos mitos, Oriva ha organizado un viaje al origen del aceite de orujo de oliva, en el que hasta 25 medios españoles han podido visitar las instalaciones de una industria extractora en Puente Genil y una planta refinadora en Dos Hermanas.

El aceite de orujo de oliva nace en el fruto del olivar, la aceituna. De ésta, sólo el 20 por ciento se destina a la obtención de aceite de oliva, mientras que el 80 por ciento restante es el denominado «alpeorujo u orujo graso húmedo» . Un subproducto que se compone de agua, piel, pulpa y hueso y que actualmente tiene una vida útil por el trabajo que ha llevado a cabo el sector orujero en I+D+i en los últimos años.

De hecho, «la industria orujera ha logrado valorizar el cien por cien de la aceituna , consiguiendo el aprovechamiento integral de toda la materia sobrante en las almazaras tras la extracción del aceite de oliva», señala la Interprofesional Oriva . De esta forma, «sólo en la campaña 2017-2018 se han transformado 5,1 millones de toneladas de alpeorujo en compuestos de valor», apuntan desde esta sectorial.

Así, un 60 por ciento del alpeorujo se transforma en vapor de agua. Un 2 por ciento se convierte en aceite de orujo crudo, que será posteriormente transportado a la refinadora. Allí, tras un proceso de depuración, neutralización, winterización (corrección de la acidez y eliminación de la turbidez), decoloración y desodoración se convierte en el aceite de orujo de oliva refinado. Éste se mezcla con una pequeña proporción de aceite de oliva virgen extra y ya estaría preparado para su venta a granel o para ser envasado y distribuido. El resto se dedica a biomasa.

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