La gestión de las fincas públicas «está por la nubes»

La actividad de la caza no sería posible sin la labor que realizan los gestores cinegéticos, encargados desde la redacción de planes técnicos de las fincas, la ampliación de cotos o la solicitud ante la Administración de las cacerías, entre otros aspectos. En estas labores es especialista Cristóbal Sánchez Maestre, que asegura que sigue habiendo «alegría en el sector», aunque reconoce que «los precios para pujar por la gestión cinegética de las fincas públicas se han puesto por las nubes». «A lo mejor tienen el precio que tienen que tener, pero no se corresponde con la densidad de poblaciones para poder cazar, para poder hacer una montería buena y vender puestos», especifica.

Sánchez Maestre lamenta los atrasos por el volumen de burocracia en la actividad cinegética, en este sentido está convencido de que si se abandonara el papel y se orientara a internet «todo sería más rápido y beneficioso».

Un problema que existe en todas las provincias andaluzas y que «eterniza cualquier procedimiento». «Por ejemplo, para ampliar un coto de una pequeña parcela te puedes tirar de seis meses a un año. La burocracia es enorme. No hay funcionarios en la Administración andaluza para resolver en tiempo y forma todo lo que se le presenta» matiza.

En este sentido sí celebra el nuevo reglamento de la caza, que agilizará en parte la carga de papeleo. «Si se cumple lo que ahora mismo está en borrador se agilizarán los procedimientos. Por ejemplo, para ampliar un coto ya no se va a pedir la firma de cada uno de los propietarios, bastará con presentar un listado y decir lo que se va a ampliar», explica.

Por último, el especialista valora que Andalucía se haya quedado fuera de la licencia interautonómica desde dos puntos de vista. «Tiene sus pros y sus contras», considera. Según su opinión como experto, «lo positivo es que el cazador, pagando una sola licencia, podría tener la opción de cazar en otras comunidades. En contra está que la Administración andaluza no percibiría ya tanto ingresos». Una región en la que la caza mueve mucho dinero y «tal vez el reparto de la mitad de la tarta no guste demasiado».