Contramiradas

Estefanía Cabello, poeta de Córdoba: «No tengo piedad con mis poemas»

La escritora ha sido dos veces finalista del premio Adonais y ahora está terminando su primera novela

La poeta Estefanía Cabello posa junto a un graffiti en Córdoba Valerio Merino
Aristóteles Moreno

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A sus 27 años ya se ha metido en el bolsillo el Premio Gloria Fuertes y ha sido finalista por dos veces del Adonais , uno de los más prestigiosos de habla hispana. Hablamos de Estefanía Cabello. Una de nuestras poetas emergentes . Nació en una diminuta pedanía de La Carlota, Los Algarbes. Un puñado de casas sin apenas niños para jugar ni libros para imaginar otros mundos.

Y en menos de diez años ha vivido en Nueva York, México, Polonia, China, Marruecos y Gales , gracias a una cascada de becas y contratos públicos por su excelente expediente académico. Ahora prepara su tesis doctoral, bajo la dirección del profesor Pedro Ruiz, y el año próximo hará las maletas de nuevo con destino a la Universidad de Exeter, en Reino Unido. Se toma un café con leche y unos cubitos de hielo en la Plaza de las Tendillas mientras desgrana su apabullante currículo.

¿Para qué sirve un verso?

Para condensar muchas emociones que quieres compartir con otras personas que se ven reflejadas. Es como asomarte otra vez a lo vivido.

«Ahora tardo mucho en terminar un poema y concretar algunos versos»

Estefanía Cabello

Poeta

¿Y tiene algún verso para las mujeres afganas?

No sabría qué decir. Antes escribía muy rápido sobre la denuncia social y ahora tardo mucho en terminar un poema y en concretar algunos versos. No quiero decir nada para no decirlo gratuitamente. Soy una obsesa de las palabras.

¿Qué nos jugamos en Kabul?

Me agobia mucho todo eso. Soy hipersensible. Tengo que quitar la televisión porque empiezo a llorar directamente.

Prefiere no ver la realidad.

Me encantaría no verla. Pero está ahí y la sientes. Tengo que andar con cuidado para no sentirla demasiado. Tenemos muchísimo que avanzar. Yo viví en Marruecos y pasé sola un Ramadán . Viví la experiencia de no poder salir sola, las miradas, no poder ir al mercado y tener que llevar en pleno agosto camisas y pantalón largo siempre. Las mujeres me lo decían: te tienes que poner siempre pantalón largo. Hay muchos dilemas. Se mezcla religión con condicionamiento social, con progreso y con miedo real a perder roles.

Su primera estancia fue en Nueva York con una beca de inmersión idiomática de dos meses. El impacto que sintió al contemplar la gran metrópolis fue definitivo. «Aquello me cambió la mente. Fue como si me hubieran quitado una cortina».

¿Qué cortina le quitaron?

Fue de repente: ¿esto existe? ¿Estas personas existen? ¿Qué es todo esto?

¿Qué le impactó?

La variedad de las condiciones humanas. El capitalismo absoluto junto a la pobreza y la locura absoluta.

O sea, 'Poeta en Nueva York', de Federico García Lorca.

Me llevé el libro. Soy una romántica.

Y vio Nueva York con los ojos del poeta granadino.

Sí. Lorca es un visionario.

La voz de Rosetti

El primer poema, en cambio, lo escribió en México . Tenía 19 años. Fue durante una estancia de seis meses para sumergirse en la bliblioteca de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM). México fue otra revelación . Recibió clases de Aurelio González, toda una eminencia y presidente de la Asociación Internacional de Hispanistas. Y respiró la huella que dejaron un buen número de intelectuales del exilio republicano, entre ellos José Bergamín y Luis Cernuda.

Pero, sobre todo, quedó maravillada de la efervescencia cultural que agita la vida cotidiana de Ciudad de México. « Es una sociedad muy agradecida y altamente cultural como nunca había visto en Córdoba. Existe mucha actividad literaria a diario. No paran de hacer eventos cada día en casas, en bares, en librerías. Y fue precisamente una escritora que había obtenido el Premio Nacional Joven quien me invitó a escribir unos poemas. Fui a una lectura del Fondo de Cultura Económica y allí recité mi primer poema . Fue un despertar».

El poemario lo terminó en Polonia meses después . Y en China, donde realizaba un lectorado en una universidad privada en convenio con la UCO, fue cuando recibió la llamada personal de Ana Rossetti para anunciarle que había sido galardonada con el Premio Gloria Fuertes. La voz de Rossetti al otro lado del teléfono cayó en tierra abonada. «Hay tres mujeres andaluzas que me encantan: María Rosal, Juana Castro y Ana Rossetti» , asegura. Primer libro, primer premio. «Me lo tomé como una señal de que iba en el camino correcto». Y tanto.

Ezstefanía Cabello posa en Las Tendillas Valerio Merino

¿Qué le debe a Ovidio?

Todo. Ovidio mola. Es lo clásico mezclado con lo moderno . Las lecturas clásicas siguen en todo. Los romanos y los griegos eran gente muy sabia.

¿Escribir es vivir otra vida?

Sí. Es vivir muchas vidas. Y no tanto en poesía como en narrativa. En una novela o en un cuento, tienes que conocer al personaje completamente , como si fuera un trasunto tuyo. He escrito un cuento corto y estoy terminando una novela después de cinco o seis años.

«Se que hay muchas críticas al sistema público, pero aquí, en España, hay ayudas»

Estefanía Cabello

Poeta

¿Cómo se titula la novela?

No lo puedo adelantar. Soy una tumba . Es una liturgia absurda, pero soy muy íntima para eso.

Es usted una escritora subvencionada.

No me puedo quejar en absoluto. Sé que hay muchas críticas al sistema público, pero aquí, en España, hay ayudas.

Se las lleva usted todas.

No me diga eso [se ríe con pudor]. Lo he luchado.

Por cierto, hoy se cumple el 85 aniversario del asesinato de Lorca. ¿Brindamos por el poeta?

Me impacta mucho. Lo bueno es que no consiguieron callarlo y va a seguir vivo. Es leído en todo el mundo. Y es un símbolo de la libertad.

Podríamos decir que ha vencido después de muerto.

Completamente.

¿Qué dice su asesinato de la historia de España?

Lo cainitas que somos. Fue Bismarck quien dijo: «España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentando destruirlo y no lo han conseguido ».

Su primer poemario se titula «13 segundos para escapar». ¿A dónde?

A cualquier sitio para buscar fuera de tus propios límites.

¿Corrige sus versos o se apiada de ellos?

No tengo piedad. Dejo atrás poemas enteros. El proceso de revisión en mi caso es más complejo, depurado y alargado en el tiempo que el de la escritura misma.

¿Por inseguridad o por perfeccionismo?

Por ambas cosas. Tiene que quedar el poema de tal manera que te sientas más reflejada en él . Pero es un proceso masoquista. Nunca estás contenta. En el mundo del arte, siempre quieres más.

¿Se reconoce en sus primeros poemas?

Ya no. Aunque es bonito. Me reconozco pero no soy la misma persona.

Dos veces finalista en el Premio Adonais. ¿Lo celebra con champán o con ira?

Me encanta el Premio Adonais. Es uno de los más antiguos . El hecho de estar ahí sí que me dice: «Oye, al menos estás aquí». Es un proceso complicado porque había más de 300 poemarios. Y una alegría inmensa. Ahora bien: el Adonais está claro que no es para mí. No habrá una tercera vez. Sí puedo decirle que el último va a salir publicado en una editorial de renombre.

He leído sobre usted lo siguiente: «Indaga en la búsqueda del yo en la era de la tecnología». ¿Y qué encuentra?

Se refiere a «La teoría de los autómatas» , que es un libro un poco melancólico, porque encuentro deshumanización en el mundo en que vivimos. La tecnología no sé hasta qué punto nos está alejando. A mí me da pánico todo esto. En el libro indago mucho en qué está ocurriendo. Estamos más alejados de nosotros mismos y nos sentimos más solos. Es la era de la súperconectividad. Caminas y ves a todas las personas agarradas al móvil.

Estefanía Cabello durante la entrevista Valerio Merino

¿Usted también es adicta?

No. Soy un caos. Pueden pasar días hasta que conteste al WhatsApp. No me gusta ser esclava del móvil.

Por lo que se ve, no es usted una joven de su tiempo.

No. Me hubiera gustado más los años veinte . Es broma. No tengo Twitter. La tecnología es una buena herramienta pero no quiero ser una esclava. No dejo que la máquina domine sobre mi vida.

El poeta Raúl Alonso declaró en estas páginas: «La pandemia es una metáfora de la incomunicación». ¿Verdadero o falso?

Yo creo que sí. Estamos muy solos pese a que en la pandemia todo el mundo haya estado conectado. Dicen que vendrá una avalancha de problemas psicológicos.

¿Usted se siente sola?

En ciertos momentos, es buena la soledad , pero si se sabe vivir con ella. A mí me gusta. Aunque sabiendo que estoy rodeada de personas que me quieren. Aquí, en Córdoba, no me voy a sentir sola nunca.

¿Qué hace una poeta como usted en un concurso de televisión?

¿Por qué no ? A mí me encanta «Saber y ganar». Me hacía ilusión. Tardaron en llamarme dos semanas y no estaba preparada todavía. Pero hay que vivir la experiencia.

¿Qué quiere ser cuando sea mayor?

Mientras me dejen, seguir escribiendo.

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