HISTORIA

¿Cómo se depilaban y combatían la calvicie en la Edad Media? La respuesta, en el Archivo de Córdoba

Una exposición reúne los recetarios que nuestros antepasados usaban para mejorar su aspecto

Uno de los expositores que componen la muestra del Archivo Provincial ÁLVARO CARMONA

Rocío Górriz

En contra de lo que muchos puedan pensar, los habitantes de Córdoba durante la Baja Edad Media estaban muy preocupados por su higiene y buen aspecto físico. Así lo demuestran las averiguaciones llevadas a cabo por el Grupo de Investigación HUM128 Meridies de la Universidad de Córdoba desde hace dos décadas y que ahora se exhiben en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba .

La exposición aglutina textos originales procedentes de depósitos documentales de la ciudad de Córdoba (Archivo Municipal de Córdoba y Archivo Histórico Provincial), donde se conservan recetas sobre elaboración del jabón (tanto para lavar la ropa como para la limpieza corporal) y tinta de escritura, con el análisis de otras recetas conservadas en distintas bibliotecas hispanas dedicadas al teñido de los paños de lana, la preparación de productos quitamanchas, de lociones para combatir la calvicie , teñir los cabellos o crear perfumes.

«Pruévalo e verás qu es Çierto. Recetarios europeos de los siglos XIII al XVI» es el título de la muestra, que puede visitarse durante todo el mes de mayo. Los directores de la misma son los profesores Ricardo Córdoba de la Llave y Javier López Rider . En la muestra se exhiben también algunas materias empleadas en las recetas o utilizadas para llevar a cabo la reproducción experimental de su contenido. La cáscara de granada , nuez de agalla, sulfato de hierro , goma arábiga , aceite, ceniza y cal, entre otras, estaban a la orden del día.

Pocos se imaginarían que nuestros antepesados hacían toda suerte de ungüentos y aceites para depilarse , blanquear y fortalecer los dientes, eliminar las pecas, las canas, además de muchos perfumes. «No como muchos se imaginan para enmascarar malos olores sino por pura coquetería. Incluso la creencia de que se lavaban poco no es más que una leyenda negra muy lejana a la realidad», asegura convencido el profesor Javier López Rider.

La rosa o la flor de azahar servían de base a muchos de ellos, «También fabricaban su ambientador con almizcle para perfumar su hogar», añade. Otra de los productos más apreciados de la época era la tinta, para cuya fabricación «había que tener ciertos conocimientos de química pues algunos de sus ingredientes básicos pueden resultar peligrosos en una proporción inadecuada», advierte.

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