LA CUARESMA EN ABC

La aplicación que parece bordado en oro, el hallazgo de Enrique Ruiz Flores en Córdoba

Rescata técnicas antiguas con mucho realce para los respiraderos de la Soledad y la Caridad

Respiradero de María Santísima de la Caridad, que se estrena este Martes Santo Valerio Merino

Joaquín de Velasco

Incluso para ojos acostumbrados, los respiraderos que Enrique Ruiz Flores ha ejecutado para el palio de la Virgen de la Caridad parecen bordados en oro fino, puntada a puntada. Lo mismo ocurre con los de su Virgen de la Soledad , que completan la labor de orfebrería de Emilio León. Sin embargo, están realizados en aplicación. Un procedimiento un tanto denostado, pero que en estos trabajos adquieren un nivel de terminación muy alto, gracias al estudio de técnicas antiguas para reposteros y vestiduras litúrgicas.

Hasta hace muy poco, Ruiz Flores era más conocido por su faceta de imaginero que por la de bordador. Sin embargo, su primera labor para una cofradía fue coordinar un taller de bordado para su hermandad de la Soledad, donde realizaron las dalmáticas . Esa actividad estaba casi olvidada, hasta que un amigo bilbaíno le planteó la necesidad de realizar una túnica en muy poco tiempo y a un precio asequible . La pieza gustó, por lo que recibió el encargo de una segunda túnica, y después un manto para la Virgen de Begoña , patrona de Bilbao, cuya réplica para salir en procesión labró hace unos años.

Respiraderos del paso de María Santísima en su Soledad ABC

En las primeras piezas empleó la habitual técnica de recorte o aplicación, pero el resultado no le dejaba satisfecho. En sus viajes visitaba templos y museos analizando piezas antiguas. Se lanzó a la búsqueda de nuevos materiales que reprodujeran con la mayor exactitud el efecto de distintos tipos de puntos e hilos. Estudió los relieves y rellenos del bordado clásico, y la dirección de sus puntadas para intentar reproducirlas en técnica de repostero . La clave es la minuciosidad, el estudio previo del diseño, el empleo de materiales de alta calidad, y el realce de las piezas , que responden al relieve que normalmente tendrían de estar realizadas en hilo de oro. El resultado es una aplicación muy depurada , hasta el punto de que varios cofrades con experiencia lo han tomado por bordado en hilos de oro.

Ruiz cursó estudios en la escuela de Artes y Oficios, donde coincidió y entabló amistad con el diseñador Rafael de Rueda . Por eso, cuando éste último buscaba una forma elegante y económica para realizar unos respiraderos provisionales para la Virgen de la Caridad, decidió recurrir a su antiguo compañero. El resultado ofreció un resultado muy satisfactorio para la corporación de San Andrés, con un precio muy contenido. Por eso su propia hermandad de la Soledad le encomendó la ejecución de los suyos, que combinan la orfebrería color bronce con el bordado, siguiendo un diseño también de Rueda. Se estrenarán este Viernes Santo.

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