El Ángel Ximénez planta cara al Ademar

El Ángel Ximénez plantó cara al Ademar León en su cancha. El conjunto pontanés dominó el marcador hasta el descanso, pero se hundió en la segunda parte. El Abanca logró su segunda victoria como local (36-29), después de ajustar su defensa sobre los dos baluartes ofensivos del bloque de Fernando Barbeito, Chispi y Baena.

La diferencia de siete goles ha sido la más amplia a favor de los leoneses en la actual temporada, aunque fue engañosa e injusta para el cuadro pontanés, ya que la distancia se ensanchó ficticiamente en el tramo final cuando el Ximénez bajó los brazos tras un parcial de 4-0.

De inicio, la hueste de Puente Genil, sin sorprender con su estilo ni con sus armas, a priori, más que conocidas, llevó el partido a su terreno ante un Ademar una vez más deslavazado y nervioso.

La defensa local, como viene siendo su principal problema a lo largo de toda la temporada, fue un juguete en las manos de un equipo que tuvo claro en todo momento por dónde pasaban sus opciones ofensivas: el máximo goleador de la competición, «Chispi» y el pivote Baena, una auténtica pesadilla.

Baena campó a sus anchas. Primero, con la defensa 6-0, que, en ningún caso, fue capaz de sujetarle. Y después, ya con la variante 5-1 con Mellado de avanzado, buscando más a sus compañeros, pero creando similar inquietud.

El Ángel Ximénez pisó el acelerador, pero los leoneses mejoraron con la entrada de sus canteranos Molina y Rodrigo Pérez. Los pontaneses no lograron abrir brecha por el buen partido en ataque del noruego Kristensen. Aun así, se marcharon al descanso con una mínima ventaja (16-17).

El panorama cambió radicalmente y para mal en la reanudación. Sin embargo, el Ximénez mantuvo el pulso al partido unos minutos más en la segunda mitad. Las fuerzas todavía respetaban al equipo visitante, que vio cómo se colocaba el Ademar por primera vez por delante (21-20) transcurridos ocho minutos de la segunda mitad.

A partir de ese instante, ya con los dos artilleros pontaneses muy tapados, el Ademar empezó a sacar provecho de la rapidez de Piñeiro en el pivote para abrir brecha en el marcador. El bloque de Barbeito no supo entonces atarse al partido y no encontró salida goleadora cuando el Ademar frenó a Chispi y Baena. Después de varias contras, Kristensen adornó su mejor partido hasta el definitivo 36-29. El Puente Genil plantó cara pero se vuelve de vacío.