Alexis Ferral muestra una de sus arbequinas en su finca de Jerez
Alexis Ferral muestra una de sus arbequinas en su finca de Jerez
Economía

Aceite de oliva virgen extra «made in Jerez»

El agricultor Alexis Ferral explica algunas claves de este resurgir

Jerez de la Frontera Actualizado: Guardar
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El olivar resurge con fuerza en Jerez tras varias décadas de abatimiento ya que los agricultores prefirieron apostar por la vid antes de que el vino se muriera de éxito -como dicen los viejos bodegueros-. Esa caída de un sector fundamental hizo que más de un operador agrícola se lo repensara y apostara por otras alternativas. Unos doce olivareros, entre grandes y medianas superficies, produzcan actualmente en la Campiña con diferentes tipos de cultivo. Entre 1.500 y 2.000 hectáreas plantadas. Nada comparado con los inmensos olivares de Jaén, Córdoba o Sevilla, pero ya hay aceite virgen extra «made in jerez». Uno de los más caracterizados agricultores en esta actividad es Luis Alexis Ferral y su familia que -tras ser atrapados por la OCM de la remolacha- decidieron cultivar olivos no hace más de una década.

Ahora obtienen una producción media por campaña de unas doce toneladas y media en una finca de 36 hectáreas y unos 63.000 árboles. Pero con sus particularidades con respecto a otras zonas de Andalucía: «Nosotros terminamos a principios de octubre con un rendimiento medio un 18,3% este año. Nuestro clima, por la cercanía al mar, y la tierra nos permiten recoger antes que otras zonas y ello es una ventaja cara al mercado. Pero veinte o treinta kilómetros más adentro la fecha de recogida cambia mucho y es similar a la del resto de Andalucía».

Ferral, socio de Asaja-Cádiz, plantó la variedad arbequina en régimen superintensivo en tierras de albariza -suelo tradicional de la viña jerezana- con riego en una apuesta que no duda en calificar de «arriesgada», porque «somos agricultores por tradición pero no conocíamos el olivar a fondo. Tampoco hay una mano de obra especializada en este cultivo en la zona». Asume que no planta más estacas por la falta de agua -y la estación viene muy seca- de la que dispone –aunque la explotación cuenta con una balsa-. Sin embargo, el negocio «me está funcionando. Vendo auténtico oliva virgen con mi propia marca en Reino Unido, en algunas tiendas gourmet de Andalucía y otras de Madrid… Abrirse paso en el mercado internacional es difícil pero es la clave de la supervivencia».

Otros viñistas de la Campiña ya están barajando la posibilidad de sustituir las viñas por olivares de secano al ver que los pioneros (o que recordaron la historia agraria del Marco) están logrando resultados positivos, mientras que el «precio del aceite esté bien». Incluso los olivareros quisieron lanzar una marca genérica y específica para hacer hincapié en la zona de producción -Jerez- pero el proyecto está de vecería. Según los expertos, el cultivo en albariza le da a la variedad arbequina unos matices diferentes al aceite elaborado con el mismo tipo de otras zonas de España.

 

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