SEMANA SANTA JEREZ 2024
El tiempo deja a Jerez sin Madrugada del Viernes Santo
Ninguna de las seis cofradías se echó a las calles, en la que es la segunda jornada que esto sucede
La Madrugada del Viernes Santo fue la segunda jornada de la Semana Mayor sin ninguna cofradía en las calles. Después de que el Jueves Santo al final no se cumplieran las predicciones meteorológicas y no lloviera, los cofrades tenían la esperanza de que esto mismo sucediera en la Noche de Jesús.
Nada más lejos de la realidad. Las previsiones eran muy contundentes, y el frente frío que se vaticinaba hizo que una tras otra fueran las hermandades decidiendo realizar estación de penitencia en sus respectivos templos.
La A.M. La Sentencia bajó calle Empedrada en pasacalles entre una fuerte ovación del público que aguardaba la salida de la Hermandad de la Yedra en la plazuela, pero también lo hacía bajo las primeras lluvias de la noche. Tras conocerse la decisión de la corporación, interpretaron con las puertas de la capilla abiertas y ante Ntro. P. Jesús de la Sentencia y Humildad y Ntra. Sra. de la Esperanza Coronada varias marchas.
A escasos metros, en el otro lado del barrio, la hermandad del Santo Crucifijo tomaba la misma decisión: quedarse en San Miguel y realizar en el interior el acto penitencial. A medida que se iban acercando las horas de salida, las respectivas hermandades anunciaban la misma decisión: Cinco Llagas, Nazareno, Misión y Buena Muerte hacían lo propio.
Así las cosas, no hubo Noche de Jesús con su protagonista en las calles y Jerez no vivió estampas propias de otro siglo, con mucho sabor, en torno al Nazareno; ni la plazuela brindó bulerías en las calles al Señor de la Sentencia ni a la Virgen de la Esperanza; ni se pudo crear la celestial atmósfera en la salida del Santo Crucifijo; tampoco se pudo disfrutar de la majestuosa escena de San Juan y María Magdalena acompañando al Señor de la Misión por Picadueñas; ni el Señor de la Vía Crucis ni la Virgen de la Esperanza deleitaron a Jerez con su elegancia; ni tampoco el barrio de Santiago pudo rezar cantando al Cristo de la Buena Muerte ni a la Virgen del Dulce Nombre.
Una jornada más, y ya van demasiadas, en la que las lluvias desbaratan las ilusiones de los cofrades.
