Cádiz muestra su fidelidad y devoción a la Virgen de los Dolores de los Servitas

Tan esperada como siempre la Virgen de los Dolores de la Orden Servita protagonizaba este Viernes de Dolores con el que comienzan en Cádiz las salidas procesionales. Se miraba al cielo. La lluvia de barro ya había impedido el Vía Crucis del Señor Yacente por las calles este pasado jueves por la noche. Y el levante azotaba. Y se miraban los pronósticos. No obstante, en la calle Sagasta se palpaba desde temprano el ambiente cofrade a la espera de que el espléndido palio de esta Dolorosa cruzara el dintel de la puerta del templo de San Lorenzo. En el interior del templo la estampa se repite año tras año. Se formaba el cortejo y se ultimaban los detalles. Unos 120 hermanos acompañaban en esta ocasión a la Virgen de los Dolores en el día en el que la orden celebra la festividad de Santa María al pie de la Cruz.

Es por ello por lo que la fraternidad procesiona desde 2016 en esta jornada. Hasta cuarenta monaguillos aguardaban nerviosos al inicio de la procesión. Desde las seis de la tarde estaban convocados los hermanos para la celebración eucarística previa. En su paso, la imagen de escuela genovesa y con manos entrelazadas presidía el altar. La imagen va ataviada en este Viernes de Dolores con la saya que se restauró en el año 2000 y que va a juego con el manto de espigas del siglo XIX. Lucía a su vez un encaje del rostrillo en tono dorado. El exorno floral estaba basado principalmente en flores blancas de distintas especies: rosas, calas...

Además, la Virgen portaba la Medalla de Oro de la ciudad de Cádiz, impuesta el 8 de diciembre de 2013 y la cruz pectoral del que fuera obispo emérito de la diócesis, don Antonio Ceballos Atienza, que dejó en su testamento para la Dolorosa de Servitas coronada por él en 2011. Esta cruz le fue impuesta el pasado Viernes de Dolores de 2023 en la Catedral.

Rafael Guerrero, prior de Servitas, se mostraba sereno antes de la salida y en cuanto al tiempo aseguraba temer más por el viento. «Es lo que nos preocupa y sobre todo por el Simpecado o el estandarte, que por Arquitecto Acero pues puede que nos cueste portarlos».

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antonio vázquez

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Una vez más era el veterano capataz José Julio Reyeros, desde el año 1993 al frente de Dolores, el que daba emocionado las indicaciones a la cuadrilla que dentro de la iglesia tenía que mover el palio. Ya se habían abierto las puertas y avanzaban las primeras secciones de penitentes entre la expectación de fieles y devotos.

El palio asomaba por el dintel de la puerta y entonces se escuchaba una saeta justo desde el balcón situado frente al templo de San Lorenzo. Mientras terminaba de salir el paso y una vez dispuesto tras varias maniobras sonaba la marcha real. Con todo dispuesto se producía la primera levantá. La Virgen de los Dolores se elevaba al cielo de Cádiz con elegancia y como es habitual esta salida procesional arrancaba con la marcha Ecce-Homo, del Maestro Escobar, interpretada por la banda de música Maestro Tejera de Sevilla que por tercer año consecutivo acompañaba a la imagen. Poco a poco avanzaba la Virgen y llegaba entonces otro clásico, Amarguras Font de Anta para acompañar el caminar de esta Dolorosa por Hospital de Mujeres. Era sólo el principio de la presencia de Servitas en las calles de Cádiz llenas de público en esta jornada de vísperas.