SUCESOS

El juez ordena la apertura del juicio del crimen de Gabriel Cruz

La acusación concluye que Ana Julia Quezada lo golpeó reiteradamente y después lo asfixió tapándole la nariz y la boca

Ana Julia Quezada en los momentos de su detención ABC

R. Pérez

El Juzgado de Instrucción número 5 de Almería ha decretado hoy la apertura de juicio oral contra Ana Julia Quezada, la única autora confesa sobre el crimen del niño de ocho años Gabriel Cruz hace apenas un año en Níjar. A partir de ahora será la Audiencia Provincial de Almería quién debe fijar la fecha de la vista oral con jurado popular.

El juez ha ordenado además que se remita el atestado referido a la investigación realizada en Burgos sobre la muerte de la hija de Quezada , en sospechosas circunstancias. Los padres de Gabriel, Patricia Ramírez y Ángel Cruz, están convencidos de que el crimen de su hijo guarda relación con el fallecimiento de la pequeña de ocho años que, según el informe, cayó por la ventana de un séptimo piso.

En el escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía relata cómo el día 27 de febrero, sobre las 15:30 horas, tras haber comido macarrones, Gabriel le dijo a su abuela que iría a jugar a casa de sus primos. Este momento fue aprovechado por Quezada para encontrarse a solas con el «en una actuación meditada, fría y reflexiva ». Ana Julia lo interceptó en un trayecto de apenas cien metros para llevárselo hasta otra casa familiar en Rodalquilar (Níjar) para realizar labores de pintura.

Así sucedió el crimen

Gabriel confió en Quezada de una forma «inocente y totalmente ajeno a la intencionalidad criminal», mientras la acusada era plenamente consciente de la superioridad respecto al menor que medía 1,30 metros y pesaba 24 kilos. De forma «súbita y repentina» Ana Julia lo lanzó «contra el suelo o pared» de una de las habitaciones de la vivienda, con sus propias manos le tapó boca y nariz hasta provocar su muerte por afixia.

La acusación de los padres de Gabriel concluye sobre estos hechos que «recibió golpes en la espalda y sobre todo en la cara y cabeza» que le causaron una hemorragia cerebral. Un estado «en el que podría haber sido reanimado de haberse solicitado asistencia médica».

Tras comprobar la acusada que el niño había fallecido, según la Fiscalía, cavó una fosa en el exterior de la vivienda, desnudó a Gabriel y lo introdujo en el hoyo cavado cubriendo su cuerpo con tierra y piedras. Para asegurar el ocultamiento del cuerpo «cogió un hacha de unos 70 centímetros y le propinó diversos cortes en la muñeca del brazo izquierdo», no llegó a seccionarla, pero ocasionó una herida de unos 3,5 centímetros de longitud.

Ana Julia guardó las prendas de Gabriel en una mochila y las ocultó en la vivienda de Las Hortichuelas tras recibir una llamada de Ángel que requería su presencia inmediata al ser alertado de la desaparición del pequeño. Fue el 5 de marzo de 2018, cuando Quezada viajó hasta El Toyo (Almería) para deshacerse de la ropa arrojándolas a un contenedor de vidrio.

Durante los once días de búsqueda del menor, la acusada fue prácticamente todos los días a la casa de Rodalquilar , incluso acompañada en alguna ocasión por familiares directos del pequeño, ajenos a la situación, a quiénes pidió que le «ayudaran a colocar unas maderas sobre la zona dónde se encontraba el cadáver». Queda constancia además que simuló un estado de aflicción, mostrándose compungida y apesadumbrada. Una clara actitud de «simulación, fingimiento y farsa, pública y notoria , con absoluta frialdad de ánimo» para disipar cualquier duda o sospecha sobre su implicación en la desaparición de Gabriel.

Durante una de las batidas de búsqueda, Ana Julia propició el hallazgo de una de las prendas de ropa de Gabriel sobre unas matas, en un paraje de difícil acceso, con el propósito de dirigir sospechas contra una anterior pareja de ella. Sobre las 10:30 hora del 11 de marzo de 2018, aprovechando que los padres de Gabriel estaban atendiendo a los medios de comunicación, la acusada fue de nuevo a Rodalquilar para trasladar y desaparecer el cadáver de Gabriel. Desenterró el cuerpo y con una toalla lo metió en el maletero para ocultarlo en otro lugar . Durante el trayecto en el vehículo profirió expresiones de «absoluto menosprecio» como «¿no quieren un pez? Les voy a hacer un pez, mis cojones».

Tras el dispositivo de vigilancia y control activado por la Guardia Civil detuvo a Ana Julia Quezada en Vícar cuando intentaba acceder al garaje de la vivienda que compartía con Ángel Cruz. Los agentes descubrieron en el interior del maletero del vehículo el cadáver de Gabriel.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular consideran a Quezada autora de un delito de asesinato y dos delitos de lesiones psíquicas a los padres del menor, por lo que piden prisión permanente revisable. La defensa califica los hechos de homicidio imprudente rebajando la pena a tres años.

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