CANTORIA

La Junta derribará otras dos viviendas ilegales de ciudadanos británicos

La orden de demolición, paralizada desde hace un año, se ejecutará el próximo 18 de noviembre

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La piqueta volverá a convertir en escombro las viviendas unifamiliares de dos familias de ciudadanos británicos situadas en el paraje Las Terreras, situado en el término municipal de Cantoria. La orden de derribo, que fue paralizada por el Ayuntamiento en octubre de 2013, se adoptó en respuesta a la ejecución de la sentencia de la Audiencia Provincial de Almería, que inhabilitó para cargo público y obligó a dejar el puesto de alcalde a Pedro Llamas.

En octubre de 2013, cuando la pala tiró dos inmuebles, el Consistorio logró in extremis frenar la demolición de otras dos casas en la misma zona, alegando que no existía un «documento técnico de derribo» que garantizase «la seguridad» tanto de operarios como de transeúntes ni una «declaración de innecesariedad de licencia» municipal para acometer estos trabajos.

Las cuatro casas fueron construidas por el mismo promotor. Sin embargo, el sueño de sus propietarios de que toda pudiera arreglarse se esfumará el próximo 18 de noviembre al mediodía, momento en el que la piqueta echará abajo las construcciones.

En la notificación, la Dirección General de Urbanismo de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio comunica que da cumplimiento a una providencia de 2 de julio de 2014 de la Audiencia Provincial de Almería que «interesa de forma expresa» que se «proceda a ejecutar la demolición, o en su defecto, comunique al tribunal las causas que lo impiden».

En la resolución judicial por la que el exalcalde de Cantoria fue condenado a dos años de cárcel y 23 meses de inhabilitación para empleo o cargo público también se acordaba el derribo de los construido y se dictaminaba que los cuatro matrimonios británicos perjudicados debían ser indemnizados por el promotor con el precio pagado y gastos satisfechos por la compra de la vivienda, aunque no fijaba la cuantía y emplazaba a la ejecución. El constructor también ha de hacer frente a los costes de los derribos.

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