Ciudadanos recupera protagonismo

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La crisis abierta en el seno del tripartito ha dado aire a Ciudadanos. La formación que lidera Albert Rivera había quedado con sus trece escaños (cuarta fuerza política en las elecciones autonómicas del pasado 24 de mayo) en tierra de nadie y sin capacidad de decisión en el futuro gobierno de la Generalitat. Sin embargo, las hostilidades en el seno de las fuerzas de izquierdas han propiciado que Ciudadanos recupere el protagonismo perdido tras la cita con las urnas y se sitúe como pieza clave en las negociaciones para la composición de la Mesa de las Cortes Valencianas, que se decide este jueves.

Con todo, al presidente de Ciudadanos no le salen las cuentas en la Comunidad Valenciana. Ayer, en una comparecencia desde Barcelona, Albert Rivera reiteró que su partido había propuesto al PSOE y a su candidato a la Generalitat, Ximo Puig, un acuerdo para gobernar en la Comunidad Valenciana.

Sin embargo, a este pacto se debería sumar el PP con condiciones leoninas: debería abstenerse y quedar en la oposición a pesar de ser la fuerza más votada de las tres, con 31 escaños, frente a los 23 de los socialistas y los 13 de Ciudadanos. Alberto Fabra ya ha dicho que no, por activa y por pasiva. Es como si a Susana Díaz le hubieran pedido que se abstuviera para que el popular Juan Manuel Moreno fuera presidente de la Junta de Andalucía por mandato de Ciudadanos. Una utopía. A diferencia de lo sucedido en Andalucía o la Comunidad de Madrid, donde Ciudadanos ha resultado clave para decantar la balanza de la gobernabilidad, en la Comunidad Valenciana el partido de Rivera ha quedado en tierra de nadie. Sus trece escaños sobre un Parlamento de 99 no son suficientes para aupar al PP (que obtuvo 31) a la Presidencia como ha hecho con Cristina Cifuentes en Madrid.

La negociación del tripartito saltó en apariencia por los aires este martes y Ciudadanos, hasta ese momento en un segundo plano, emergió como alternativa. Carolina Punset, cabeza de lista del partido de Rivera estaba dispuesta a apoyar al socialista Ximo Puig en la investidura y quedarse fuera del Gobierno. Ese era el plan B del PSOE si rompía con Compromís y Podemos.

Sin embargo, esa alternativa pasaba por la abstención de los 31 diputados del PP, y los populares han dicho que no. El propio Alberto Fabra, presidente en funciones de la Generalitat, se lo comunicó la noche del martes a Punset, quien pretendía evitar la entrada en el Gobierno de Compromís, al que acusa de defender las tesis pancatalanistas. Fabra cenó también el martes con Puig, y le dejó claro que el PP no propiciará que haya un presidente socialista, lo que deja al PSOE en manos de poder recuperar el entendimiento con Mónica Oltra. De lo contrario, los valencianos volverán a decidir en las urnas. El plazo para la negociación expira a finales del mes de agosto.

Carolina Punset, una vez constatado el fracaso de su plan para evitar la llegada al poder de Compromís, se cuestionó ayer el éxito de un hipotético Consell tripartito y se preguntó «cómo van a durar cuatro años si se dedican a pelear por los cargos».

Punset lamentó «las peleas del tripartito desde el minuto cero» y aseguró que «los valencianos no les perdonarían si descubriesen que lo único que les unía era el odio al PP». Asimismo, indicó que «las prioridades de Ciudadanos son no repetir las elecciones, combatir la corrupción y buscar equilibrios para evitar que los partidos nacionalistas lleguen al poder». Respecto a la decisión del PP de votar en contra de la investidura del candidato socialista, Ximo Puig, e impedir así el acuerdo entre el PSPV y Ciudadanos, Carolina Punset consideró que «las negociaciones en la Comunidad Valenciana están siendo surrealistas» porque «cambian día a día». En cualquier caso, rechazó que Ciudadanos pueda apoyar al Partido Popular si presenta candidato a la Presidencia de la Generalitat.

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