Nueve terrazas con vistas al mar donde se come muy bien

Bens D’Avall

Sobre un acantilado, en lo alto de una pequeña cala salvaje, las puestas de sol desde su terraza son un espectáculo inolvidable. Un auténtico templo de los sentidos donde además se come muy bien y el servicio es impecable. Benet Vicens, propietario y jefe de cocina, elabora platos de autor, modernos, pero basados en el recetario tradicional mallorquín y en los productos isleños.

Urbanización Costa Deia. Sóller. Mallorca.

Tira do Playa

Con la playa de Riazor como escenario, este restaurante de La Coruña es la sucursal urbana del célebre Tira do Cordel, de Finisterre. Y se sirve el mismo excelente producto que en la casa madre. Sin complicaciones. Para empezar, sabrosos berberechos al vapor y grandes navajas como las que se han hecho célebres en la casa de Finisterre. Y como plato principal algún pescado a la brasa, como la lubina o la palometa roja.

Andén de Riazor, s/n. La Coruña.

Annua

Allí donde acaba la ría de San Vicente, colgado sobre el mar, las vistas son impresionantes. En la cocina, Óscar Calleja, cocinero con buena técnica y mucha audacia que practica una cocina de fusión, muy global, cargada de guiños a Cantabria, donde nació, y a México, de donde era su padre. Cocina de contrastes, refinada, que este año ha recibido su segunda estrella Michelin.

Paseo de la Barquera, s/n. San Vicente de la Barquera (Cantabria).

Güeyu Mar

Este asador situado en la playa de Vega, junto a Ribadesella, es de los pocos que rompen la hegemonía de los vascos en pescados y mariscos a la brasa. Abel Álvarez maneja un producto excepcional que muestra en las vitrinas. Aquí no hay carne, sólo pescado y marisco que Abel busca por toda la costa asturiana. Y que sirve en estado puro, sin salsas ni acompañamientos.

Playa de Vega, 84. Ribadesella (Asturias).

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El Ancla

La terraza de este restaurante de San Pedro de Alcántara está tan cerca del mar que a veces se tiene la impresión de estar navegando. Una nutrida clientela, compuesta casi íntegramente por veraneantes españoles, se da cita en sus mesas para disfrutar de las clásicas frituras y de unos excelentes pescados a la sal, procedentes casi siempre de los puertos vecinos.

San Pedro de Alcántara (Málaga).

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Antonio

En la playa de Zahara de los Atunes, con su terraza abierta en primera línea de playa, este restaurante es una referencia en la zona para comer pescados y mariscos del día. Siempre un gran producto. Aunque lógicamente, dado su emplazamiento, la gran especialidad de esta casa es el atún rojo capturado en las almadrabas vecinas.

Ctra. de Atlanterra, km. 1. Zahara de los Atunes (Cádiz).

Casa Manolo

A 10 metros del mar, con su terraza en el paseo marítimo de Daimús, esta casa, que en sus orígenes fue un chiringuito playero, se ha convertido en una de las mejores arrocerías de Valencia. Pero la oferta de su propietario, Manuel Fominaya, no se acaba ahí. Tanto en la carta como en las recomendaciones del día hay siempre un producto de primera y platos que van desde unos magníficos callos hasta elaboraciones creativas.

Paseo Marítimo, 5. Playa de Daimús (Valencia).

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Agua

En la Barceloneta, este restaurante del grupo Tragaluz apuesta por una cocina marinera sin complicaciones en un ambiente muy informal. En su carta, una larga lista de tapas tradicionales, muchas de ellas de origen andaluz como los calamares fritos o el cazón en adobo. Su gran especialidad son los arroces elaborados al carbón.

Paseo Marítimo de la Barceloneta, 30. Barcelona.

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Refectorium El Campanario

En la urbanización Cerrado de Calderón, en lo más alto de Málaga, se encuentra este restaurante, con excelentes vistas sobre la ciudad y el puerto y una agradable terraza. Manejan un producto de primera, desde gamba roja hasta voraz a la espalda y se atreven también con platos más elaborados.

Paseo de la Sierra, 36. Urb. Cerrado de Calderón (Málaga).