Diez de los castillos más impresionantes de España
Castillo de Manzanares el Real - matías nieto/ABC
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Diez de los castillos más impresionantes de España

Una ruta por fortalezas con mucha historia que enseñar. Destinos perfectos para ir en familia y aprender de nuestro pasado

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Una ruta por fortalezas con mucha historia que enseñar. Destinos perfectos para ir en familia y aprender de nuestro pasado

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  1. Manzanares el Real (Madrid), un castillo de película

    Castillo de Manzanares el Real
    Castillo de Manzanares el Real - matías nieto/ABC

    Castillos de leyenda donde habitaron desde Guzmán el Bueno hasta el Cid Campeador; algunos de ellos convertidos en Paradores, te harán revivir una época ya pasada, con todas las comodidades del presente. Este es un tipo de viaje diferente y con espíritu cultural por 10 de los mejores castillos de nuestro país.

    España cuenta con algunos de los castillos mejor conservados del mundo. Son construcciones fascinantes que nos devuelven a una época de caballeros, justas y trovadores. Ofrecen mucho más que una lección sobre el pasado. Nos permiten disfrutar de las poblaciones cercanas, de sus gentes y su cultura. Pero también de sus entornos naturales, de sus tradiciones gastronómicas y, por supuesto, de sus leyendas e historias.

    Manzanares el Real

    Descubrir el castillo del Cid Campeador es algo «mágico», ¿verdad? Pues eso es algo que se puede hacer en Manzanares el Real. En su castillo se rodó buena parte de la superproducción que protagonizaron Charlton Heston y Sofía Loren.

    Diego de Hurtado, primer duque del Infantado, inició las obras del castillo de Manzanares el Real en el siglo XV sobre los restos de una fortaleza anterior. Los restos del castillo viejo se pueden apreciar todavía en la ribera opuesta del Manzanares.

    El castillo es de planta cuadrada y sus torres de vigilancia son cilíndricas, con la salvedad de la más ancha. Ésta se puede considerar el equivalente a la Torre del Homenaje y es de planta octogonal en su parte superior. Adosada a los muros del castillo, rodeado por una barbacana, se encuentra una ermita del siglo XIII que, seguramente, funcionaba como capilla.

    El conjunto fue diseñado como morada palaciega, ya que los señores del castillo, los Mendoza, eran una de las familias más importantes de la política española. Juan Guas, uno de los grandes arquitectos españoles del siglo XV y favorito de los Reyes Católicos, fue responsable de su decoración.

    En el castillo se aprecia una combinación de los estilos mudéjar y gótico, especialmente en las galerías superiores y en las arquerías del patio central. La influencia mozárabe es visible en las almenas. En el interior, acoge tres exposiciones permanentes. Una está dedicada a la colección de tapices flamencos del siglo XVII. Otra, a las armaduras de época, que abundan en las dependencias. La tercera se centra en la figura de Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana. Fue uno de los grandes escritores del Renacimiento español, autor de las serranillas y padre del fundador del castillo. Sin embargo, nunca vivió en él.

    Para saber más, en Guía Repsol.

    Información sobre horarios, aquí.

  2. Castillo de la Mota, en Medina del Campo (Valladolid)

    Castillo de Medina del Campo
    Castillo de Medina del Campo - ical

    Isabel de Castilla (más conocida por Isabel la Católica) nació en 1451 en Madrigal de las Altas Torres, una pequeña población de la provincia de Ávila a tan sólo 27 kilómetros de Medina del Campo. Su agitada vida familiar y política la llevó con corta edad a asentarse en Medina, la ciudad más importante de esa zona. En 1468, su hermanastro, Enrique IV, la reconoció como princesa de Asturias. A partir de ese momento, se convirtió en la Señora de Medina, uniendo buena parte de su destino al de la ciudad, donde destaca con fuerza propia la silueta del castillo de La Mota.

    Fue en 1440 cuando la familia Fonseca comenzó a edificar el actual castillo sobre la esquina de un antiguo recinto árabe. La construcción fue dirigida por arquitectos mudéjares, que idearon un novedoso diseño marcado por el foso, la barbacana que rodea el conjunto edificado y la Torre del Homenaje, de 40 metros de altura y cinco pisos.

    El castillo consta de dos recintos: El recinto exterior, en el que blasona el escudo de armas de los Reyes Católicos, rodea completamente la fortaleza y es de estilo mudéjar. Al castillo se accede gracias a un imponente puente levadizo (hoy fijo). Este recinto alberga los almacenes, las mazmorras y un gran número de galerías subterráneas y pasadizos fascinantes.

    El recinto interior está formado por cuatro torres y un patio cuadrado. Allí se encuentran las habitaciones del castillo, además de las bodegas, las cuadras, etc. Especialmente interesante resulta visitar el famoso Mirador de la Reina. Una cámara del s.XV cubierta por una bóveda policromada espectacular. Y que, como su nombre indica, era la estancia preferida de Isabel la Católica.

    Información sobre horarios, aquí.

    Información sobre la ruta de Isabel la Católica, en Guía Repsol.

  3. Almodóvar del Río, el «guardián» del Guadalquivir

    Castillo de Almodóvar del Río (Córdoba)
    Castillo de Almodóvar del Río (Córdoba) - ruiz de almodóvar

    El castillo de Almodóvar del Río, en la provincia de Córdoba, es el mejor conservado de Andalucía. Desde este castillo, situado en el cerro de La Floresta, se obtienen una de las mejores vistas que existen de la Vega del Guadalquivir. Y, como todo castillo que se precie, tiene su propia leyenda… La de la Princesa Zaida.

    Según cuentan las crónicas, hace casi mil años que la princesa musulmana Zaida se refugió en el castillo de Almodóvar. Huía de los almorávides, que asediaban Córdoba. En Almodóvar esperó en vano a que su amor, el príncipe Al Mamum, escapara del asedio. El 28 de marzo de 1091, el alcázar cordobés cayó y el príncipe fue asesinado.

    Más información sobre el castillo, en Guía Repsol.

    Horarios e información práctica, aquí.

  4. Castillo de Guzmán el Bueno, en Tarifa

    Castillo de Tarifa
    Castillo de Tarifa - Antonio M. Romero Dorado

    Desde que se convirtiera en una de las capitales mundiales del windsurf, Tarifa es sinónimo de libertad. Sus calles sirven de puente entre las playas y el centro histórico. Sin embargo, poca gente conoce que cuenta con uno de los mejores castillos de España, aunque también es conocido por una historia ciertamente trágica…

    El castillo de Tarifa se había levantado por orden del califa Abderramán III en el año 960 para defender el punto más estratégico del Estrecho de Gibraltar. Desde entonces, ha sido pieza codiciada por numerosos enemigos (almohades, cristianos y, posteriormente, los piratas berberiscos) y ha mantenido su condición de fortín.

    A primera vista llama la atención su imagen compacta protegiendo el puerto de Tarifa. Consta de dos patios de armas, unidos por estrechas galerías. Se conserva el núcleo central califal, al que los sucesivos señores añadieron posiciones defensivas, siempre usando la piedra como materia prima. También se puede ver la réplica de un arma de guerra de la época: una catapulta para derribar murallas.

    Después de ser conquistado por los cristianos, lo que ocurrió por primera vez en 1292, se abrieron ventanas en los muros y se completó el recinto árabe con una gran torre octogonal, unida a la muralla interior por un muro o coracha. Esa torre fue desde donde Guzmán el Bueno lanzó su cuchillo, lo que forjó toda una leyenda...

    Más información: Guía Repsol.

  5. Castillo de Santa Catalina, Jaén a vista de pájaro

    Las vistas sobre Jaén son, quizás, el principal atractivo de este castillo, que mantiene la impronta de su origen como encrucijada de reyes y reinos, allá en el siglo XIII. Hoy, es uno de los principales reclamos de una capital con una gran vitalidad histórica y cultural.

    El caudillo cartaginés Aníbal fue el primero en erigir una fortaleza en el cerro de Santa Catalina. Con Roma se mantuvo esa fortaleza, que almorávides y almohades convirtieron en todo un modelo de la arquitectura militar de frontera. El alcázar árabe acabó siendo demolido y sus restos se encuentran junto al restaurado edificio que actualmente es un Parador Nacional, desde cuyas habitaciones se disfruta de unas panorámicas extraordinarias.

    Más detalles, en Guía Repsol.

  6. Castillo de Sigüenza, la ciudad del Doncel

    Sigüenza es una de las ciudades con más historia de España. Sin duda, este municipio está marcado por su castillo, actual Parador Nacional. Pero también por la leyenda medieval del Doncel de Sigüenza y una artesanía única. Además, su entorno natural es de los mejores de España, especialmente el Parque Natural del Río Dulce y las Hoces del Río Salado.

    El Castillo de Sigüenza fue edificado en el siglo XII sobre una alcazaba árabe que dominaba la ciudad, bañada por el río Henares. El primer señor de Sigüenza fue el arzobispo de Toledo, Bernardo de Agen. Fue él quien recuperó la ciudad a los musulmanes en 1123. Quince años después, Alfonso VII concedió a los obispos de Sigüenza la propiedad sobre la ciudad y sus gentes, de ahí que se la conociera como «la de los cien obispos de armas tomar».

    Más información, en Guía Repsol.

  7. Palacio Real de Olite, los jardines colgantes de Navarra

    Antigua capital del reino, Olite se encuentra en la comarca de la Zona Media, entre la Navarra montañosa y el Valle del Ebro. En cuanto uno se aproxima, se nota la presencia del palacio real, su edificio más emblemático y principal reclamo turístico.

    El Palacio Real de Olite tiene raíces francesas y es reconocido mundialmente. Su fundador, Carlos III el Noble, fue rey de Navarra entre 1361 y 1425, pero nació y se crió en suelo francés. Entre 1402 y 1424 afrontó la construcción del Palacio Nuevo, que, junto con la capilla de San Jorge, actualmente en ruinas, es la parte visitable del recinto. Su antecesor, el Palacio Viejo, adosado a sus muros, es un Parador Nacional.

    Más información, en Guía Repsol.

  8. Castillo de Peralada, pensado para el ocio

    Festival Castell de Peralada

    En 1923, el empresario Miguel Mateu, hijo del cofundador de la legendaria marca de automóviles Hispano-Suiza, compró el Castillo de Peralada con la intención de convertirlo en la sede de sus colecciones privadas de arte. 75 años después, el municipio de Peralada y su castillo son un referente en el mundo cultural y del ocio gracias a una oferta que incluye casino, campo de golf, hotel, bodegas y un prestigioso festival de música.

    Aunque Peralada fue una villa fortificada desde los comienzos de la Edad Media, el incendio que asoló el viejo castillo en 1285 y el alejamiento de la frontera cambiaron su futuro. Los señores del castillo, los Rocaberti, apostaron por una nueva fortaleza de aires renacentistas. En el siglo XIX contrataron al paisajista francés Duvilliers para crear un edificio al estilo de los châteaux franceses del Loira.

    Más información, en Guía Repsol.

  9. Santueri, atalaya sobre la isla de Mallorca

    castell de santueri

    El castillo de Santueri, es una reliquia del pasado, cuando las fortalezas se edificaban sobre peñas inexpugnables. También ofrece uno de los mejores puntos de observación de la Serra de Llevant mallorquina y de toda la costa oriental de la isla, salpicada de calas.

    Santueri ocupa un roquedal aislado de poco más de 400 metros de altura. La aparición de la artillería hizo que el castillo, edificado en 1316, quedara relegado al olvido. Actualmente es de propiedad privada (horario de visitas, aquí). El actual recinto amurallado se construyó aprovechando las ruinas de la antigua fortificación árabe. Tiene una planta triangular -algo poco usual en la época- e incorpora diversas torres. La torre principal es de forma circular.

    Más información: Guía Repsol.

  10. Castillo de Coca (Segovia), una joya del arte mudéjar

    rosa blanco

    Es un castillo levantado para sorprender al visitante. En sus muros y salones interiores, algunos de los mejores creadores del arte mudéjar y renacentista dejaron una huella que todavía hoy resalta en su emplazamiento, en un meandro del río Voltoya.

    En 1453, Alonso de Fonseca, arzobispo de Sevilla, consiguió de Juan II la autorización para levantar una fortaleza en la antigua Cauca romana. Su construcción no se realizó siguiendo parámetros militares, sino dando plena libertad a sus arquitectos, en especial a los alarifes mudéjares. El castillo de Coca cuenta con volúmenes, adornos y detalles que realzan la importancia del ladrillo como material de construcción. Una diversidad y complejidad ajenas por entonces a la austeridad castellana.

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