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ANÁLISIS

«Life is Strange»: la oportunidad nunca se pierde

La aventura gráfica reúne en formato físico toda su trama argumental en la que Max, una dulce joven, tiene el poder de hacer retroceder el tiempo a su antojo, lo que cambia totalmente la perspectiva

MADRID Actualizado: Guardar
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El mundo es, a veces, hostil. No es tanto de color de rosa como a uno le gustaría. En ocasiones nos azota. Pero hay que salir airoso. La historia que se esconde detrás de «Life is Strange» se asemeja, en parte, a la vida real, en donde el entorno ejerce gran presión sobre nuestra personalidad.

Con una propuesta sencilla a nivel técnico, esta aventura gráfica brinda la oportunidad de resarcirse, de evitar el conflicto directo y, como uno de sus atractivos, retroceder en el tiempo. La joven y frágil Max Caulfield se asoma a su pequeño universo gracias a una capacidad inconcebible pero generosa. Es capaz de mover el tiempo a su antojo y, por tanto, tropezar en la misma piedra.

Esa incomparable habilidad le hace menos endeble, pero corre el riesgo de salirse del carril y volverse delictiva. Aquí, a diferencia de otros títulos similares, da la sensación de que las decisiones sí importan, sí se tienen en cuenta y sí tienen influencia.

Ahí entra el poder de decisión, aunque la oportunidad nunca se pierde en este juego que, a nivel jugable es muy básico, pero que ofrece un trasfondo inmenso para sacarle partido. Gracias al llamado efecto mariposa las decisiones tienen una vuelta de hoja. Las decisiones afectan al desarrollo de la trama, al igual que sucede en otros juegos similares como « The Wolf among Us» o « Until Dawn», lo que lo convierte en un lanzamiento original y creativo cuanto menos, que va soltando buenas sensaciones conforme avanzamos, incluso identificándose con Max, que se maneja en perspectiva en tercera persona, en muchas ocasiones.

Ambientada en la ciudad (ficticia) Arcadia Bay, nuestra adorable personaje amante de la fotografía -lleva consigo una cámara permanentemente- se ve envuelta en una truculenta historia en la que debe reencontrarse con su amiga del alma, Chloe. Esta situación cambia cuando desaparece misteriosamente una compañera de estudios, Rachel Amber, que a su vez inaugura la puesta en escena de una verdad, digamos, incómoda, que saldrá a la luz en un momento. Queremos saber más de ella en todo momento, lo que lo hace apasionante.

Sin disparos, sin sangre a borbotones. La propuesta va por otro camino. Aunque la aventura mantiene una línea argumental ascendente, la capacidad de esta joven estudiante de manejar el tiempo para cambiar el curso de los acontecimientos permite, incluso, jugar a dos velocidades, puesto que uno puede probar suerte con una decisión y, en caso de no aceptarla, acabar en la siguiente. Aunque, sin embargo, esa capacidad de rebobinar podría haberse ejecutado de una manera más magistral.

Disponible en formato físico para PlayStation 4, Xbox One y PC -con subtítulos en castellano-, este título ofrece un sugerente apartado gráfico, en donde las imágenes parecen surgir a mano alzada, este videojuego de corte independiente ve reforzada su tensión argumental gracias al empleo de una banda sonora sensacional, que da pie a descargarse íntegramente las canciones (aparecen artistas como Foals, Mogwai o Breton).

El juego cuenta con cinco episodios, de corta duración cada uno de ellos, aunque discurren en una escala ascendente, en donde el ritmo se va acelerando hasta el deseo de llegar hasta el final. Enigmas, extraños acontecimientos, diálogos extensos, sencillos puzles sin dificultad alguna, sorpresas y unos entornos pensados marcadamente pa la exploración sobre el terreno anticipa grandes emociones en medio del caos, de la intensidad y del desasosiego de observar lo que sucede alrededor, como la academia Blackwelly, en donde los demás estudiantes interactúan provocando ciertos quebraderos de cabeza (¿sacarás el lado maligno o serás más amable?, tú decides).

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