María Moreno, presidenta de la Fundación Esperanza y Alegría
María Moreno, presidenta de la Fundación Esperanza y Alegría - EFE

«La sociedad española es solidaria con su tiempo, con sus ideas y con su trabajo»

Entrevista María Moreno, presidenta de la Fundación Esperanza y Alegría

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Fundación Esperanza y Alegría cumple ahora quince años de vida. Un tiempo en el que su presidenta, María Moreno, ha impulsado más de cien proyectos solidarios en zonas desfavorecidas de diez países como la India, Haití o España. Su objetivo es llevar cariño a los que carecen de él y, sobre todo, educar a la gente para que puedan salir adelante. Enseñarles un oficio para integrarlos en la sociedad.

La Fundación cumple ahora quince años ¿Qué balance hace de la actividad y los proyectos que ha puesto en marcha?

—El balance ha sido muy positivo. Empezó siendo una cosa muy pequeña y hoy es un sueño hecho realidad. Hemos ayudado a mucha gente y hemos trabajado como hormiguitas, sin hacer mucha publicidad, porque nos hemos centrado en el trabajo.

—¿Cómo y por qué surgió esta iniciativa?

—Desde pequeña siempre he hecho mucho voluntariado. Tuve la gran suerte de conocer a la Madre Teresa de Calcuta en Nueva York y a una serie de sacerdotes que trabajaban con ella. Empecé a viajar a países de Latinoamérica y cada vez que iba recibía un bofetón al ver tanta pobreza. Más tarde viví en México y me involucré de una manera más productiva, organicé un orfanato y ayudaba en pequeños proyectos. Después regresé a España y recibí una carta del padre Gastón Dayanand pidiéndome ayuda porque había habido unas inundaciones en el delta del Ganges. Esa carta me llegó al corazón y le dije a mi marido que me gustaría crear una fundación.

¿Cuáles son los principios y los valores que inspiran el trabajo de esta Fundación?

—Es muy importante en la vida dar cariño y amor a la gente que más lo necesita. Pero para mí había una cosa muy importante, que era la educación. Tú puedes curar, alimentar, pero si no educas no les puedes ayudar a salir hacia adelante.

En estos quince años ¿cuántos proyectos se han ejecutado?

—Más de cien proyectos con especial atención a niños, mujeres y enfermos. Trabajamos en la India, El Salvador, Haití, México, Bolivia, Ecuador, Argentina, Perú, Santo Domingo y España. Más de 200.000 personas se han visto beneficiadas por esta Fundación.

En España ¿en qué zonas se desarrollan sus proyectos solidarios?

—En España empezamos con un proyecto en Vallecas, que se llama Gaviota, de ayuda escolar para niños de familias desestructuradas que se quedaban por las tardes en la calle. Además también ayudamos en unos pisos de madres solteras. En el Pozo del Tío Raimundo repartimos todas las semanas 200 bolsas de alimentos para 200 familias con entre cinco y siete miembros. También tenemos unos talleres de jardinería para chicos que están en la calle, y ya ha salido la segunda promoción. Por las tardes, como la mayoría no tiene la ESO, les hemos puesto clases.

¿Cómo se financian estos proyectos?

—Esta Fundación vive de la Divina Providencia. El 99 por ciento de la financiación es privada y nosotros presentamos nuestros proyectos a convocatorias privadas de empresas. Hacemos eventos y tenemos socios.

¿Qué tipos de proyectos realizan?

—Primero están los que nos encargan para ejecutarlos y después los entregamos para que los gestionen. Por ejemplo, hacer un colegio y lo entregamos a una congregación religiosa. Otras iniciativas, como hospitales u orfanatos, los hacemos, los mantenemos dos años y los hacemos autosostenibles, pero siempre los vigilamos. Finalmente, otros proyectos son los que nunca serán autosostenibles, como dispensarios médicos.

De todos estos proyectos ¿De cuál se siente más orgullosa?

—Me siento muy orgullosa de los orfanatos, no solo de los niños que están sanos, sino también de los disminuidos físicos o psíquicos. Educar un niño es educar para el futuro. También estoy muy satisfecha de los proyectos para la mujer.

Una parte importante para el funcionamiento de la Fundación son los voluntarios ¿Ha encontrado mucha solidaridad en la sociedad española, especialmente en los jóvenes?

—La sociedad española es solidaria con su tiempo, con sus ideas y con su trabajo. La gente joven tiene ganas de colaborar y lo importante es ser conscientes de que hay que estar en acción.

¿Qué proyecto le ilusiona más en este momento?

—La máxima ilusión que tengo es un centro de niños con SIDA en la India y un colegio en una zona muy pobre en el sureste de la India. Además hemos hecho una fundación en Estados Unidos con sede en Nueva York, Miami y Washington para ayudar a los países latinoamericanos.

Ver los comentarios