Un portugués pasa 43 años de su vida en silla de ruedas por… un error médico

Le diagnosticaron distrofia muscular incurable a finales de los 60, pero ahora puede caminar otra vez

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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Una ola de indignación recorre Portugal de norte a sur desde que ha salido a la luz uno de los errores médicos más flagrantes de los últimos años al otro lado de la frontera. Y es que un hombre de 61 años ha pasado nada menos que 43 de ellos postrado en una silla de ruedas porque recibió un diagnóstico inadecuado cuando sólo era un adolescente, segun informó el «Jornal de Noticias».

Rufino Borrego siempre ha residido en Alandroal, una población de 5.000 habitantes del Alentejo interior, y allí comenzó a sentir los primeros síntomas. Fue trasladado al Hospital Santa María de Lisboa, donde le dijeron que padecía una distrofia muscular incurable.

Por tanto, le aseguraron que no podría volver a caminar.

La consecuencia es que, desde entonces, permaneció en una silla de ruedas.

Debido a motivos completamente distintos, Borrego se sintió indispuesto hace seis años y acudió de nuevo al centro hospitalario de la capital portuguesa, donde una neuróloga se apercibió de que sufría una miastenia congenital.

El problema es que se trata de una enfermedad rara y que, en aquel entonces (a finales de la década de los 60), resultaba todavía más desconocida que hoy. La debilidad muscular que provoca terminó de confundir al equipo de doctores que le atendió en plena dictadura de Salazar.

La prescripción de un medicamento contra el asma, útil en estos casos, terminó de dibujar el sorprendente panorama, que desembocó en una escena que dejó boquiabiertos a los vecinos de la localidad próxima a Évora.

Aunque la historia se conoce ahora, el «milagro» aconteció en mayo de 2011, con Rufino yendo a tomar un café por su propio pie al establecimiento que solía frecuentar.

El afectado ha relatado los hechos en las emisoras de radio del país vecino y no deja de repetir que en absoluto guarda rencor a los médicos que se equivocaron porque es consciente de que, cuando era joven, no había medios para conocer las verdaderas características de su dolencia.

«Sólo quiero disfrutar de la vida», proclama en unas declaraciones que conmueven a los portugueses.

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