La muerte de un joven por un aneurisma provoca un «terremoto» en la Salud pública de Portugal

La muerte de un joven de 29 años en el Hospital Sao José de Lisboa al quebrársele un aneurisma sin que hubiese neurocirujanos vasculares disponibles el fin de semana ( debido a los fuertes recortes) ha provocado un verdadero terremoto en la Sanidad pública del país vecino. Se suceden las dimisiones en cadena y la indignación crece en todo el país.

La primera en anunciar su marcha después de confirmarse estos hechos tan graves fue Teresa Sustelo, presidenta del Consejo de Administración de la Central Hospitalaria de la capital portuguesa. Pero no es la única: el presidente de la Administración Regional de Salud, Luís Cunha Ribeiro, y otros destacados cargos del sector en la ciudad han optado por abandonar sus puestos.

Otras de las consecuencias han sido reuniones urgentes para que un caso así no se repita, como anunció el propio Cunha Ribeiro en las horas previas a su consecuente salida: «A partir de ahora, dará igual en qué día de la semana y a qué hora se produzcan situaciones de estas características. Pero esto no limpia ni permite olvidar ni disculpar lo acontecido».

«Los cortes que sufrimos en el área de Salud en los últimos años hicieron que los hospitales no desarrollaran la posibilidad de tener recursos humanos para dar respuesta a casos como el de este paciente fallecido», añadió mientras criticaba al anterior gobierno, que encabezaba el conservador Pedro Passos Coelho.

La víctima tenía que haber sido operada de inmediato, pero la ausencia de un equipo especializado de guardia hizo que les comunicaran a los familiares que sería el lunes cuando se realizaría la intervención. No hubo tiempo, pues perdió la vida aquella madrugada, día 14 de diciembre.

En sus últimas horas, se había agravado su estado y había entrado en coma inducido, por lo que su novia ya se temía lo peor, como desafortunadamente sucedió.