Una de las habitaciones habilitadas en Can Misses
Una de las habitaciones habilitadas en Can Misses - ABC
Sociedad

Can Misses, el hospital de Ibiza que ahora es también una residencia para sanitarios

La creciente dificultad para poder alquilar pisos en la isla ha obligado a tener que acondicionar un espacio de pernoctación para los médicos procedentes de la Península

Corresponsal en Baleares Actualizado: Guardar
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Desde hace algunos años, en Ibiza es bastante más fácil encontrar un empleo que una vivienda en la que poder residir una vez encontrado ese trabajo. Por una parte, los precios de los alquileres se han ido incrementando de manera progresiva e imparable a lo largo de la última década, sobre todo en los periodos de temporada alta. Por otra parte, cada vez van quedando menos casas o pisos libres disponibles para los españoles o los extranjeros que cada verano vienen a trabajar a la isla. Esta situación, que inicialmente afectaba sólo a los trabajadores del sector de la hostelería, se ha extendido en la actualidad a todos los ámbitos laborales, incluido también el sanitario.

En ese sentido, uno de los casos más recientes y llamativos está relacionado con el Hospital de Can Misses, ubicado en la capital de la isla.

Por las razones citadas, en una de las plantas de la parte antigua del hospital se han habilitado ocho habitaciones para acoger, de manera temporal, a profesionales sanitarios que provengan de fuera de Ibiza. En estos momentos, la nueva residencia está ocupada únicamente por un reumatólogo, si bien en julio podría haber algún médico más.

Cuando hace unos meses se empezó a barajar la idea de acondicionar una zona residencial en Can Misses, los sindicatos y la dirección valoraron que en ningún caso el alquiler debería superar los 450 euros al mes. Días atrás, se acordó finalmente entre ambas partes que el primer mes de estancia en la nueva residencia sea gratuito. A partir del segundo mes, el precio diario de pernoctación podría ser de unos cinco euros diarios, es decir, 150 euros al mes, si bien el acuerdo sobre este punto aún no está cerrado. En cualquier caso, al tratarse de un servicio no sanitario, el funcionamiento de la residencia será gestionado por la concesionaria que ya se ocupa del hospital.

El espacio ahora habilitado como residencia cuenta con ocho habitaciones individuales y con una sala común. Tras varias mejoras realizadas en estos últimos días a partir del proyecto originario, cada habitación cuenta hoy con una cama, un baño interior, una mesa, una silla, una butaca y un televisor. En cuanto a la citada sala común, hay en ella una mesa grande, varias sillas, una nevera, un microondas y una cafetera. Además, existe un servicio de limpieza y otro de lavandería.

Un hecho a recalcar es que la nueva residencia podrá ser utilizada, además de por facultativos, por pacientes procedentes de Formentera que tengan que pernoctar en Ibiza. En esos casos concretos, la estancia en una habitación no supondrá ningún coste económico ni para dichos pacientes ni para los familiares que les acompañen.

Más allá del caso específico de Can Misses, en Ibiza empieza a ser cada vez más habitual que en lugar de pisos o apartamentos se alquilen a trabajadores eventuales también habitaciones, terrazas o incluso furgonetas. Recientemente, por ejemplo, llegó a aparecer una oferta en un portal inmobiliario que anunciaba el alquiler deuna furgoneta como espacio residencial por 650 euros al mes.

El director del «Periódico de Ibiza y Formentera», Juan Mestre, ha explicado este viernes a ABC que cuando en abril se empezaron a hacer las selecciones de personal por parte de diversas empresas, un requisito fundamental para poder ser contratado en la isla pitiusa era que el posible aspirante pudiera garantizar que tenía ya asegurado un lugar concreto en el que poder residir. Mestre recalca que la situación para poder encontrar una vivienda es cada vez más difícil.

«Hay personas que duermen en coches o en furgonetas y luego, por la mañana, se van a duchar a la playa», señala. Asimismo, indica que en este mes de junio es ya prácticamente imposible poder alquilar un espacio en el que poder pernoctar. En ese contexto, Mestre añade que quienes por suerte sí han podido encontrar un lugar en el que residir están pagando entre 500 y 600 euros mensuales por una sola habitación, cantidad que se situaría entre los 1.000 y los 1.200 euros en los casos en que se ha podido alquilar un pequeño apartamento. Seguramente, habrá más de un trabajador que lamente no poder pernoctar también en la residencia de Can Misses.

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