El encuentro entre el Papa y el presidente argentino es inminente

En medio del lamentable y rocambolesco proceso de asunción presidencial en Argentina, marcado por el titubeo y final negativa de Cristina Kirchner de entregarle los atributos presidenciales (banda y bastón de mando) a Mauricio Macri, nadie dejó de preguntarse por qué el Papa Francisco no se puso en contacto con el presidente electo para saludarlo.

Primero, hay que tener en cuenta que sí se hizo desde el Vaticano lo que marca el protocolo, en este caso, se envió al nuncio de Paraguay, monseñor Eliseo Ariotti como enviado especial a la asunción.

Al margen de ello y de que la gente está muy acostumbrada a las actuaciones del Papa fuera del protocolo, se le criticó por no saludar al recién electo presidente, cuando en realidad intentó un acercamiento entre Cristina y Mauricio a través de la plantación del olivo, como símbolo de reconciliación. La expresidenta nunca se pronunció y Mauricio Macri accedió desde un primer momento, pese a que algunos medios locales dijeron lo contrario.

Eso sí, los hombres de Macri pusieron como condición que Cristina aceptara el protocolo del traspaso para que se lleve ese encuentro auspiciado por el Santo Padre. Como esto no se produjo, el intento de Francisco quedó en la nada.

«El Papa lanzará un mensaje, sin dudas»

Sin embargo, con Cristina fuera del poder y ya descartada la posiblidad de un encuentro entre la presidenta saliente y Macri, desde su partido mostraron una abierta disposición a que finalmente el olivo de plante en la residencia presidencial, conocida como la Quinta de Olivos. Fuentes cercanas al Santo Padre aseguraron que Francisco está dispuesto, si así se le pide, a enviar un mensaje a todos los argentinos y a comunicarse con Mauricio cuando este acto se lleve a cabo.

«Francisco propuso un acercamiento entre Cristina y Mauricio. Kirchner nunca se pronunció y desde el partido de Macri dijeron que estaban dispuestos siempre que Kirchner cambiara su actitud respecto a la asunción. Como esta situación no se produjo, el encuentro se descartó. Ahora Macri podría plantar solo el olivo en la residencia presidencial y si lo pide, el Papa lanzará un mensaje, sin dudas», explican las fuentes.

«Conversación amena»

Por otra parte, ayer Macri felicitó por teléfono a Francisco por su cumpleaños. Se trató de su primera conversación tras asumir la presidencia el pasado 10 de diciembre. La charla «fue amena y en buenos términos», señalaron fuentes de la Casa Rosada, informó Efe. Además, ayer recibió a miembros de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que lo felicitaron por su investidura y respaldaron una de las líneas fundamentales de la política de Macri, reiterada durante la campaña y en su primer discurso, que es la lucha contra el narcotráfico.

Más allá del saludo por su cumpleaños, el pedido del Papa de que se plante el olivo sería el primer gesto de acercamiento, al margen de una posible audiencia.

La plantación del olivo es un símbolo que el Papa ha encomendado a la fundación creada por él, Scholas Ocurrentes, que trabaja con escuelas laicas y de todas las confesiones religiosas para «revolucionar» la educación y rehacer el pacto educativo.

La plantación del olivo se lleva a cabo en eventos deportivos (como el que Messi le entregó al Papa cuando se jugó el amistoso entre Italia y Argentina en honor al Santo Padre y que, posteriormente, se plantó en el Olímpico romano), pero también se hizo en el Vaticano, para sellar la paz en Oriente Medio. En aquella ocasión, Francisco, el expresiente israelí, Shimon Peres, y el presidente de Palestina, Mahmud Abbas, plantaron un olivo después de rezar por la paz en Oriente Medio.

Las relaciones de Macri con el entonces arzobispo

Las relaciones entre Francisco y Macri no han sido las mejores. Cuando Mauricio era alcalde de Buenos Aires, Francisco era en aquel momento, Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de la ciudad.

Hubo un hecho concreto que los distanció. En 2009, el entonces jefe de gobierno decidió no apelar el fallo de una jueza a favor del casamiento de una pareja homosexual. En ese momento, el Arzobispado dijo que el alcalde «faltó gravemente a su deber de gobernante».

Hoy, Jorge Mario Bergoglio como Papa y Mauricio Macri como presidente, el contador se pone a cero y el camino empieza de nuevo.