Joaquín José Martínez en el transcurso de la entrevista concedida a ABC
Joaquín José Martínez en el transcurso de la entrevista concedida a ABC - De San Bernardo

«Cuando estaba en el corredor apoyaba la pena de muerte»

Entrevista con Joaquín José Martínez, primer español en salir del corredor de la muerte

Madrid Actualizado: Guardar
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Hace casi quince años (7 de junio de 2001 ) salió del corredor de la muerte en Estados Unidos. Desde entonces, Joaquín José Martínez dedica parte de su vida a concienciar, sobre todo a los más jóvenes, contra la pena de muerte. A pesar de ello, admite que él mismo estaba a favor, incluso cuando estuvo preso por un crimen que no cometió. A día de hoy no justifica, pero sí puede llegar a comprender, «ese sentimiento de venganza». Ayer pasó por Madrid para participar en unas jornadas contra la pena de muerte, organizadas por la ONG Helsinki España, y en una entrevista concedida a ABC cuenta cómo es hoy su vida.

-¿Considera importante su testimonio para concienciar a los jóvenes contra la pena de muerte?

-Siempre he sido una persona que ha pensado que la educación contra la pena de muerte empieza con ellos. Yo habría querido cuando era joven que alguien me hubiera hablado de este tema. A mi colegio solo venían jueces, políticos y funcionarios, que decían que era la solución. Cuando yo era joven estaba a favor de la pena de muerte.

-¿Creía entonces que en algún caso podía estar justificada?

-Yo creo que en ningún caso, pero cuando llegué al corredor de la muerte seguía a favor de la pena de muerte. No me gustó nada el sistema judicial que me llevó al corredor, pero seguía pensando que la pena de muerte era una forma de aliviar el dolor de las familias de las víctimas. Pero cambié cuando empecé a ver casos de otros compañeros, con sus hijos, con sus familiares, y ver que eran personas y que también sufrían.

-¿Qué le hizo cambiar de opinión?

-La mayor reflexión sobre este tema sucedió dos años después de salir del corredor de la muerte. Mi padre fue atropellado por un chico de diecisiete años, y en ese momento sentía ese rencor, esas ganas de venganza. Años después podía cerrar los ojos e imaginar siendo ejecutada a la persona que le quitó la vida a mi padre, y no hay nada que pueda aliviar ese dolor. A mí padre lo tenía presente en todo momento y, gracias a esto, lamentablemente, aprendí que la pena de muerte no sirve para nada.

-A pesar de esta experiencia personal, ¿comprende que en algún momento alguien pueda tener ese sentimiento de venganza?

-En ningún caso está justificada, pero sí puedo llegar a entender, no justificar, los sentimientos reales de venganza que alguna persona pueda llegar a tener, cuando ves algo atroz, porque yo también he pasado por ahí. Hay momentos en que aún, después de haber salido y de todo lo que he aprendido, no digo pena de muerte, pero sí que digo un castigo máximo para esas personas. Y algunas veces te olvidas de que ese castigo máximo en algunos países es la pena de muerte.

-Ahora hay otro español que está en el corredor de la muerte, Pablo Ibar. ¿Qué hace por él para que pueda quedar en libertad?

-Lo que estamos haciendo hoy, hablando de él, mencionándolo, sensibilizando a los estudiantes, a los medios de comunicación. Hace falta que la gente se mueva un poco más, y yo me incluyo también.

-¿Ha mantenido durante este tiempo algún contacto con él, con su familia?

-Sí, con el padre y con la mujer. Con él es muy difícil. Está en la misma celda en la que yo estuve y recuerdo que su padre y su mujer estuvieron hace quince años en el juicio que me dejó libre. Lo hemos vivido juntos en muchos momentos.

-¿Está recibiendo Pablo Ibar el mismo apoyo que recibió usted de la clase política y de las instituciones? ¿Piensa que ese respaldo podría ser mayor?

-Él ha tenido apoyos, pero creo que podría haber recibido más. Necesita mucho más apoyo por todas partes. En mi caso, vinieron a visitarme seis representantes de diferentes partidos politicos. Mi padre decía que era la primera vez que todos se habían puesto de acuerdo por algo. El apoyo no solo debe llegar de los políticos, sino también de los medios de comunicación, de las organizaciones. Yo quiero hacer un llamamiento a los políticos para que hagan un poco más. A veces cambian el mundo; en mi caso hicieron muchísimo, y me gustaría que lo hicieran por Pablo Ibar.

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