Los alumnos de Baleares sacaron la peor nota media de Lengua Castellana en Selectividad

Los datos de las pruebas celebradas en 2017 trascienden en un momento de gran controversia política y social en el Archipiélago sobre el papel de la lengua cooficial

Josep María Aguiló

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Los alumnos de Baleares fueron los que, en el conjunto de España, sacaron peor nota en el examen de Lengua Castellana y Literatura en las pruebas de Selectividad del pasado año. La nota promedio en las Islas en dicha materia fue de 5,64 puntos, mientras que la estatal fue de 6,45 puntos. Los alumnos isleños fueron también los que más suspendieron a nivel porcentual el examen de Lengua Castellana, con cerca de un 30% de no aprobados.

Los datos fueron mejores por lo que se refiere al examen de Lengua Catalana , en donde la nota media obtenida por los examinandos en el Archipiélago fue de 6,37 puntos. Dicha prueba fue aprobada además por el 81% de los alumnos de Baleares que se presentaron a las pruebas de Selectividad en 2017.

Estos datos han trascendido en un momento en que se está viviendo una situación de controversia política y social acerca del papel que la lengua cooficial debería tener en Baleares, tanto a nivel educativo como laboral. Cabe recordar que a lo largo de esta legislatura el Ejecutivo que preside la socialista Francina Armengol , con el apoyo de MÉS y el aval parlamentario de Podemos, ha puesto en marcha varias iniciativas en favor del catalán y en detrimento del castellano.

Así, al inicio del actual mandato, el tripartito derogó el Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL). Este polémico decreto había sido aprobado en la pasada legislatura por el Ejecutivo que presidió el popular José Ramón Bauzá. Dicha norma, rechazada en su momento por gran parte del sector docente, preveía la implantación progresiva de un sistema de enseñanza trilingüe en los colegios, con el inglés como tercera lengua. Además, el TIL representaba en la práctica el fin de la inmersión lingüística en catalán, iniciada en 1997 con el llamado Decreto de Mínimos, aprobado por el popular Jaume Matas en su etapa de presidente autonómico.

Retroceso del castellano

El Decreto de Mínimos, que es el que ahora vuelve a estar vigente de forma implícita, obliga a los centros escolares a impartir en catalán al menos el 50% de las clases . Al no haber un máximo establecido, hay institutos que imparten todas las asignaturas en lengua catalana, excepto las de Lengua Española e Inglés. En cualquier caso, en la actualidad unos dos tercios de las materias se enseñan en catalán y el tercio restante en castellano, aproximadamente.

A nivel laboral, en marzo del pasado año el Gobierno autonómico aprobó el decreto que regula «los requisitos de conocimiento de la lengua catalana en la Administración de la Comunidad». Sólo el personal sanitario y el personal docente quedaron excluidos del ámbito de dicha norma. El mencionado decreto fue aprobado justo un año después de que el Parlamento balear hubiera avalado una modificación puntual de la Ley de Función Pública para que el catalán volviera a ser un requisito, en lugar de sólo un mérito, para poder ser funcionario en Baleares.

Por lo que respecta al ámbito sanitario, el Ejecutivo regional aprobará en las próximas semanas el decreto que regulará el conocimiento de catalán que deberán tener los médicos , enfermeros y auxiliares que deseen trabajar en la sanidad pública isleña. La nueva norma autonómica lingüística es rechazada por los principales partidos de la oposición, el PP y Cs, así como por la nueva formación Actúa Baleares, el Sindicato Médico de Baleares (Simebal), la plataforma cívica Mos Movem (En Marcha), asociaciones de pacientes y diversas entidades.

En el primer borrador del decreto, el catalán era un requisito para todas las categorías profesionales. Tras haberse introducido varios cambios en ese texto originario, la versión definitiva del decreto establece ahora que se podrá presentar a oposiciones cualquier profesional sanitario, aunque no tenga hoy la preceptiva titulación lingüística, que deberá conseguir en un plazo de dos años una vez obtenida la plaza. Además, los médicos y enfermeros sólo deberán tener finalmente un nivel básico —B1— de catalán, en lugar del avanzado —B2— que se les quería exigir. Si transcurridos los dos años citados ese nuevo funcionario sanitario no pudiera acreditar el nivel B1, no perderá la plaza, pero no podrá participar en procesos de movilidad ni acceder al complemento de carrera profesional.

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