Foto de archivo de unos patos
Foto de archivo de unos patos - EFE

El niño más solitario de Reino Unido que tuvo que hacerse amigo de los patos

Aron Anderson, de 10 años, vive en la remota isla escocesa de Out Skerries. Su educación exclusiva es la envidia de muchos padres, pero las dos aulas, la biblioteca y el patio de los que dispone para sí en el colegio no son suficientes para consolar su verdadero anhelo: que haya más niños de su edad con los que estudiar y pasar el tiempo

Madrid Actualizado: Guardar
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El caso de Aron Anderson, un niño británico de 10 años, es la envidia de muchos padres. Tiene a su disposición profesores que le dedican toda su atención. Tiene para sí dos aulas, una biblioteca e incluso un patio en el colegio. Su educación exclusiva le cuesta a Reino Unido más de 100.000 euros, pero no hay precio que compense su soledad, pues carece de compañeros con los que jugar y disfrutar del espacio disponible.

El pequeño, que vive en la remota isla escocesa de Out Skerries, es el único alumno del centro escolar. Aron, que de mayor quiere ser pescador como su padre, confiesa a 'The Telegraph': «Es muy raro a veces no tener a nadie más en el colegio».

Ser el único niño de esta pequeña isla al norte de Edimburgo no solo le reporta una educación exclusiva, como clases de gimnasia que consisten en una caminata diaria en busca de objetos interesantes, también le obligan a buscar amistades igual de especiales que él. Sus únicos amigos son su perro, un rebaño de ovejas y los patos, esos que, en una paradoja de la literatura, otro niño —adolescente— solitario buscaba en invierno. Holden Caulfield, el personaje creado por el enigmático J. D. Salinger, se preguntaba a dónde iban los patos del lago de Central Park cuando llegaba el frío. Vivía al otro lado del charco, en Nueva York, y ni los numerosos habitantes de la Gran Manzana eran suficientes para mermar su soledad. Sí lo eran los niños, a los que deseaba proteger de la edad adulta siendo ese «guardián entre el centeno» que titulaba la novela. Sería un buen amigo ese tal Caulfield para Aron.

No siempre fue tan solitaria la vida en Out Skerries. Hace poco el pequeño Aron compartía profesores, aulas y patio con más niños. Con sus hermanos Ivan, de 13 años y Owen, de 16, pero también con otros amigos como Ethan, de 12 años y Scott Arthur, también de 16. La felicidad que compartía con los jóvenes de su edad se vio minada cuando estos tuvieron que migrar a la escuela secundaria, dejando a Aron solo en el centro local. Él, al contrario que Caulfield, seguramente sí quiera hacerse mayor, aunque solo sea para volver a compartir un instante con sus «viejos» amigos.

La madre de Aron, Denise, una mujer de 46 años y jefa del consejo de profesores y padres de alumnos, ha comentado a «The Telegraph»: «Este será su primer invierno como el único alumno del colegio, por lo que todavía es difícil saber cómo va a ser para él».

«Seinto la situación que le ha tocado vivir a Aron, pero él realmente es feliz. Pasar mucho tiempo con adultos ha hecho de él alguien maduro, pese a su edad, y además viaja a la parte continental para conocer a otros niños», ha asegurado. «Solo deseo que pudiéramos retroceder diez años. Sería estupendo tener más familias aquí».

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