Como cada año, las galerías Velvet presentan su colección de temporada, pero este año acude alguien muy especial, Alberto, el hijo del dueño. Ha estado estudiando fuera muchos años, alejado del negocio y de la familia por culpa de un amor inapropiado.
Ana lucha por recuperarse mientras Alberto se enfrenta a su familia para defender el profundo amor que siente por la costurera. Además, el heredero de las galerías hace frente a las penosas consecuencias de la muerte de su padre, el poderoso don Rafael.
Tras la marcha de Ana a Barcelona, Alberto ha aceptado la propuesta de Gerardo de casarse con su hija Cristina. Pero la verdadera intención del joven director de las galerías es anular el compromiso en cuanto el negocio vaya mejor.
Gloria sospecha que Alberto y Ana siguen juntos en realidad, pero necesita demostrarlo, ya que sería la forma más sencilla de poder hacerse con el control de las galerías. Para ello, pedirá ayuda a su hija Patricia, que seguirá muy de cerca a la pareja.
Con la llegada del cumpleaños de Alberto, Ana y Cristina se afanan en buscar el regalo perfecto. Por su parte, Rita ve como la relación de Clara y Pedro parece consolidarse, mientras que Luisa sufre cada vez mayores presiones de don Francisco.
Ana y Alberto hacen el viaje de sus sueños, se van juntos a París. Allí, los amantes pueden sentirse libres y vivirán su más romántico encuentro. Pero la felicidad termina para la pareja cuando Cristina se presenta en el hotel para dar una sorpresa al joven.
Ana regresa de París hundida. Tiene la certeza de que ha pasado algo entre Alberto y Cristina. Pese a que el joven lo niega, la modista exige al dueño de las galerías que aclare sus sentimientos. En cuanto a Luisa, recibe la sorprendente visita de su marido.
Después de ver a Ana con otro hombre, Alberto se ve cada vez más lejos de ella. Con la boda cada vez más cerca, el joven empresario siente que tiene que elegir entre su amor de toda la vida y Cristina. Cansado de tantas dudas, finalmente tomará una decisión.
Alberto se siente dolido después de que Ana le haya dejado plantado en el altar y ahora se niega a hablar con ella. Esta situación le hará replantearse su relación con Cristina. Mientras tanto, en las galerías todo está preparado para el desfile de Raúl de la Riva.
Ana está dispuesta a recuperar a Alberto a toda costa, pero lo último que esperaba la joven costurera es dar con una verdad que puede alejarla para siempre del amor de su vida.
Las galerías reciben la visita de alguien muy especial, la princesa Grecia de Mónaco. Este inesperado acontecimiento puede darle a la colección de Raúl de la Riva el empujón que necesita. Por otro lado, la salud del jefe de dependientas es delicada y necesita reposo.
Tras la visita a las galerías de la Princesa de Mónaco, las clientas comienzan a llegar por fin a Velvet. Además, Cristina ha decidido sorprender a Alberto con una fiesta sorpresa en el Club de Campo. Allí la joven descubrá algo sobre Ana que no imaginaba.
Cristina ha pillado a Ana con Alberto, lo que parece confirmar sus mayores temores. El director de las galerías tendrá que enfrentarse a la verdad con su prometida, aunque una vez más, alguien podría estar dispuesto a sacrificarse para intentar arreglarlo todo.
El vestido de novia de Cristina ha desaparecido justo la noche de antes de la boda. Los empleados de Velvet solo tendrán unas horas para tratar de encontrar una solución. Por desgracia para Ana, el destino ha querido que tenga que colaborar para salvar la ceremonia.
El día de la boda de Alberto y Cristina ha llegado. Antes del enlace la novia deberá dar el visto bueno a la confección del nuevo vestido, pero ella no será la única que tenga que hacer frente a sorpresas inesperadas: su futuro marido recibe una carta misteriosa.
