Pizza en Fina Catalina
Pizza en Fina Catalina - Fina Catalina
Crítica

Fina Catalina, sobre todo las pizzas

Es el último restaurante italiano abierto en Madrid. Detrás del proyecto encontramos a Stéfano Carta

MADRID Actualizado: Guardar
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Es el último restaurante italiano abierto en Madrid. Detrás del proyecto, además de los socios capitalistas, encontramos a Stéfano Carta, que fue uno de los impulsores de una de las mejores trattorías de la capital, Don Lisander (que por cierto está desde hace unos meses en una ubicación mucho más adecuada). Tras desvincularse de esta, se quedó, junto a su padre, Alberto, un experto pizzero llegado de Como, en la hermana menor de aquella, Manzoni.

Ahora respalda este Fina Catalina, al principio de la calle Castelló, en un local que se ha decorado con aires elegantes buscando sin duda atraer a determinado público del barrio de Salamanca. En la entrada, una vistosa barra, que funciona de manera independiente con horario amplio para tomar un aperitivo o una copa por la tarde.

Detrás un comedor coqueto y luminoso, con aires de bistrot, paredes de ladrillo visto, grandes cuadros de Italia y sillas de diseño. Hay otro comedor interior, que puede emplearse como reservado, decorado como una antigua cocina.

En dos visitas realizadas en estas primeras semanas se aprecia bastante despiste en el personal de sala, amable pero desbordado por unas tecnologías que no dominan aún. Así, un cliente puede estar esperando varios minutos en la entrada hasta que aparece su mesa en la pantalla que controla el comedor, o el maitre pide repetir varias veces los platos solicitados hasta que consigue anotarlos en la pantalla táctil que sirve para tomar las comandas.

Como ocurre en Manzoni (y en Don Lisander), la carta se centra en pastas y pizzas, más algunas entradas. Todo es tan similar que incluso se repite la frase que acompaña a los risottos. Dicho lo cual, lo mejor de esta nueva casa son las pizzas, elaboradas en horno de leña siguiendo la tradición del norte de Italia, es decir con una masa muy fina y crujiente, nada que ver con esas masas gruesas y apanadas de las pizzas napolitanas. Todas ovaladas, con una estupenda base de tomate y mozzarella sobre la que se colocan el resto de ingredientes.

Pasta en Fina Catalina
Pasta en Fina Catalina - Fina Catalina

Los precios van de los 9,80 euros de la Margarita hasta los 19,50 de la de trufa. Probamos la siciliana (13), con alcaparras, anchoas y orégano, buenísima. Las hay también con ingredientes originales, al estilo de las que hemos visto en los anteriores restaurantes donde han estado los Carta. Por ejemplo de huevo de codorniz, camembert y patatas fritas a la inglesa, o de roast beef. Pero si las pizzas son estupendas, no podemos decir lo mismo de las pastas, muy flojas. Poco sueltas, excesivamente apelmazadas. Mejor las salsas que las acompañan. Lo comprobamos en una carbonara (13,80), muy auténtica aunque bastante salada, en la que los espaguetis no están a la altura, como tampoco lo están en una puttanesca (13,40) que probamos en nuestra segunda visita, con una salsa bien hecha pero apenas picante. De las entradas, correcto sin más el vitelo tonnatto (15,40), innecesariamente acompañado con lechugas de bolsa.

Los postres (entre 5,50 y 7,50) sí están a la altura de las pizzas. Muy bueno el tiramisú y sobresaliente la panacota. Atractiva carta de vinos, con destacada presencia de italianos, y algunos por copas, como ese buen blanco de Cerdeña que es Isola del Sole.

Lo mejor: Las pizzas.

Precio medio: 40 €.

Calificación: 6.

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