La Voz - EL APUNTE

Una política incomprensible

El alcalde se ha empeñado en criticar a los bancos a los que precisamente pide dinero para sacar adelante la deuda que ahoga la ciudad. En consecuencia, ninguno abre la mano

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Tener la intención de obtener algo de alguien después de habe faltado el respeto a su profesión y dando a entender que lo que pide que se le devulva es legítimo, es una mala manera de hacer negocios. Pues es esta es la intención del alcalde de Cádiz.

José María González ha emprendido una incomprensible y nada beneficiosa lucha en contra de los bancos, de los mismos bancos de los que necesita liquidez para poder hacer frente a los numeros pagos pendientes que tiene el Consistorio. Como es lógico, después de los ataques del regidor gaditano, las entidades están negándose en rotundo a soltar dinero. Como consecuencia a esta política de gestos, el alcalde está consiguiendo todo lo contrario a lo que necesita para poder hacer una gestión eficiente y no tener que enfrentarse a dificultades mayores de aquí a un corto periodo de tiempo (a los problemas de impagos puedes unirse la incapacidad de asumir las nóminas de los trabajadores municipales).

Respetando que cada uno defiende la política que considera mejor para el ciudadano e incluso poniendo todo el esfuerzo en comprenderle, es imposible entender qué pretende el alcalde. La única respuesta posible es que lo que busca es prepararse de antemano una defensa. Es decir, si el regidor critica públicamente la ‘usura’ de los bancos y luego esas entidades no le dan nada, podrá decir al ciudadano que han terminado demostrando lo que él criticaba. El problema es que eso no se lo podrá creer nadie, y mientras el alcalde se empeña en hacer la mejor demostración de lo que es la política de los no hechos, la ciudad sigue sangrando.

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