El Apunte - Opinión

Las palabras contra los hechos

Los datos del informe PISA sobre la calidad educativa en Andalucía reflejan que la Junta tiene poco de qué presumir en cuanto a enseñanza

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Los hechos son (casi) siempre insobornables. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha repetido como un mantra que la región puede podrá tener un alto nivel de paro y de pobreza (obviamente, culpa de cualquier administración que no esté regida por el PSOE) pero nadie nos gana en Educación y Sanidad. Palabras muy bonitas que podían incluir perífrasis más o menos grandilocuentes sobre nuestro pasado con filósofos como Séneca o Averroes que tenían continuidad en los tratamientos clínicos más vanguardistas.

Pero hete que, por encima de las palabras, está la dictadura de los hechos y esta semana han dejado a las claras que ni en educación ni en sanidad estamos al nivel del resto del país.

En la Sanidad es de sobra conocido el colapso que viven los centros hospitalarios por el tira y afloja que mantiene la administración con Pascual. Por encima de quién pueda tener razón, la situación ha dejado a las claras que la subcontratación de los servicios sanitarios termina pasando este tipo de facturas.

En cuanto a la calidad de la educación, el informe PISA lo explica de forma meridiana: Andalucía está a la cola de España. Algunos miembros de la comunidad educativa van más lejos y destacan que si se hubiera hecho un ránking por provincias, seguramente Cádiz sería de las peores situadas. Cierto es que contextos económicos desfavorables condicionan el rendimiento de los estudiantes, pero no pueden servir de excusa para que nuestros estudiantes sean los peor preparados de España que, a su vez, está a la cola de la UE en los resultados académicos.

Es muy fácil predicar y menos dar trigo. La Junta podrá tener credibilidad cuando hable de educación cuando los hechos la respalden y no mientras los índices internacionales pongan en solfa las carencias del sistema que controla desde hace más de 30 años. Porque Andalucía necesita nuevos Sénecas, Averroes y Machados.

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